Cientos de fieles se congregaron para elevar una plegaria a Dios en el primer aniversario de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Pontífice de la Iglesia universal. Los feligreses participaron de la solemne concelebración eucarística que el Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, Cardenal Mario Aurelio Poli, presidió en la catedral de Buenos Aires, acompañado por un centenar de sacerdotes, diáconos y seminaristas porteños.
La celebración empezó poco después de las 20, en una catedral colmada de fieles que recordaban la noche del 13 de marzo del año pasado, cuando una multitud se congregó espontáneamente para celebrar la elección del entonces Arzobispo porteño y rezar por la misión que comenzaba.
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El Cardenal Poli comentó el Evangelio del día sobre el diálogo entre Jesús y el Apóstol San Pedro, a quien le preguntó tres veces si realmente lo amaba, y le encomendó que apacentara sus ovejas. El Purpurado comparó entonces a Francisco con Pedro, y señaló que, como aquella vez, también Cristo le hizo las mismas preguntas al actual Papa.
"Jorge Mario, ¿me amas, me amas más que estos? Apacienta mi rebaño", expresó el Cardenal, quien aseguró que, en lo que va del ministerio petrino del Pontífice argentino, "hemos vistos los gestos y palabras de un Buen Pastor, que en una entrega sin reservas, le va diciendo a Jesús 'Tú lo sabes todo, sabes que te quiero'".
El Cardenal Poli también aseguró que hace un año "fuimos testigos del amor salvífico de Cristo", porque la elección del Papa Francisco hace revivir a la Iglesia la promesa toda de Jesús a Pedro, que es extensiva a sus sucesores.
También celebró los gestos y palabras de este "Buen Pastor": "Nos sentimos desbordados por su magisterio rico, luminoso y sabio, que suscita el compromiso de llevarlo íntegro a la vida pastoral".
Finalmente, el Purpurado porteño destacó tres cualidades del ministerio del Papa Francisco: su total inspiración en la Palabra de Dios, su invitación a los bautizados para atreverse a salir de la comodidad y ser una "Iglesia en salida", y la pasión por la misión, enmarcada en la Nueva Evangelización.
"Francisco quiere que llevemos la salvación al mundo nuestro -aseguró-, así como está, así como viene la vida, necesitado de respuestas que alienten y den vigor en el camino. La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado y alentado a vivir la vida buena del Evangelio". Y sentenció: "Esta es la Iglesia que predica el Papa".
Antes de concluir su homilía, el Cardenal Poli se refirió a su creación como Cardenal de la Iglesia católica. "Cuando se conoció el nombramiento, me acordé de San Cayetano, que le da trabajo a todos", bromeó. "Como entiendo que esto viene de la mano de Dios, ya le dije al Papa que cuente conmigo si en algo puedo 'cirenearlo' [n. de r.: por Simón de Cirene, que ayudó a Cristo a cargar su cruz], porque su carga es muy pesada", concluyó.
Con el Cardenal, concelebraron el Nuncio Apostólico, Mons. Emil Paul Tscherrig, y los obispos auxiliares de Buenos Aires Mons. Joaquín Sucunza, Mons. Eduardo García, Mons. Enrique Eguía Seguí, y los obispos auxiliares electos P. Ernesto Giobando SJ y P. Alejandro Giorgi.