Unos días después de haber tenido una reunión con el Papa Francisco, el Arzobispo Mayor de Kyiv (Kiev) y líder de la Iglesia Greco Católica Ucraniana, Mons. Sviatoslav Shevchuk, en nombre del Sínodo de los obispos ucranianos greco católicos, emitió en Kiev, en la catedral patriarcal de la Resurrección de Cristo, una carta pastoral en la que pide a todos los fieles una oración ininterrumpida y ayuno por la paz en Ucrania.
"En los últimos meses -comienza la carta pastoral fechada el 17 de junio, fiesta de San Metrófano-, el Estado ucraniano y nuestra nación están experimentando tal vez el período más difícil de su vida en la historia reciente. Todos somos testigos de muchos y rápidos cambios sociales, que a menudo van acompañados de hechos dramáticos e incluso trágicos".
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"Sin embargo, conscientes de que nada es por azar, sino que todo está previsto por Dios, creemos que este cambio que estamos viviendo es esperanzador porque hay presagios del nacimiento, aunque doloroso, de una nueva Ucrania".
"Poco a poco van muriendo los restos de la forma soviética de vida y la conciencia se afianza la realidad de la independencia de nuestro país. A la vista de los últimos peligros Ucrania une a la gente en su voluntad de defender la patria, de defender su catolicidad y el derecho de todo ciudadano a vivir en un estado libre, democrático y europeo".
El Arzobispo señala luego que "una experiencia espiritual hemos vivido en los últimos meses los creyentes de Ucrania, que mediante el ayuno y la oración hemos rogado al Señor su ayuda e intercesión ante las fuerzas del mal que se abatieron sobre nuestra tierra".
"El haber conseguido la renovación del poder en las elecciones presidenciales de nuestro país, que mostró la consolidación de la sociedad ucraniana y la capacidad de las personas para asumir la responsabilidad de su futuro mantenimiento de la paz interreligiosa e interétnica en el país, fue fruto de la oración que fue escuchada por Dios, la manifestación de su poder sobre nosotros por la intercesión de la Virgen María, cuyo patrocinio y dedicación sobre Ucrania hemos reanudado el 6 de abril de este año".
"Nuestra posición delante de Dios es que no estamos solos. En la oración estamos unidos con el Santo Padre Francisco, quien manifestó su solidaridad con nosotros y pidió a los cristianos de todo el mundo, y a todas las personas de buena voluntad de diferentes pueblos y religiones, que recen por la paz en Ucrania".
"Hoy tenemos ante nosotros un sinnúmero de nuevos retos. El camino hacia la paz y la renovación del país aún no está exento de peligros. Las fuerzas de la oscuridad no han desaparecido de nuestra tierra, por el contrario, han endurecido sus ataques mortales, sobre todo en las regiones orientales de Ucrania".
"En estas circunstancias, es conveniente recordar el momento de la historia del pueblo de Dios del Antiguo Testamento, cuando se opuso al gran ejército del rey Amalec. Durante la batalla, Moisés y Aarón a la cima de la montaña, y Josué en el valle luchando contra el enemigo. "Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec".
"Esta misma tensión bíblica, esta lucha espiritual es la que siente hoy cada ciudadano de Ucrania. Pidamos al Señor de la paz por la paz para nuestra tierra, por la victoria de nuestro ejército y que conceda éxito al nuevo Presidente electo. No podemos permanecer indiferentes ante las noticias que recibimos casi todos los días de la muerte de nuestros soldados y el asesinato, el secuestro y la tortura de civiles. No es posible que en nuestro pacífico país haya miles de refugiados de la guerra de Crimea y de las regiones orientales".
"Nuestra conciencia cristiana nos dice que para no permitir que en nuestros días nos venza el moderno Amalec, no podemos bajar los brazos, y debemos seguir el ejemplo de Moisés y continuar en la oración y el ayuno. Por lo tanto, en este momento difícil para nuestra nación exhortamos perseverar en la oración para conseguir del Señor la victoria sobre la agresión externa y la paz a nuestra tierra. El salmista nos lo enseña así: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los albañiles; si el Señor no custodia la ciudad en vano vigila el centinela".
"Hacemos un llamado a los fieles de la Iglesia, y a todos los cristianos y personas de buena voluntad perseverar con el ayuno y la oración continua por la paz y un futuro mejor para Ucrania".