El P. Florencio Garcés, de 70 años, de la localidad de Borja, en Zaragoza (España) fue acusado falsamente de abusos sexuales y apropiación indebida de 185 mil euros (más de 255 mil dólares) de su parroquia y llegó a pasar diez días en prisión. Finalmente, la denuncia ha sido desmontada y retirada, y la inocencia del sacerdote ha sido comprobada.
Según reporta el diario español ABC, el P. Garcés se encuentra hace varios meses separado de forma cautelar de su parroquia, tras ser acusado por Santiago Carbonell de supuestos abusos sexuales.
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Carbonell presentó su acusación luego de que el sacerdote lo denunciara a las autoridades por haberlo estafado.
El P. Garcés, párroco de Borja durante cuarenta años, fue procesado por la Guardia Civil por cinco delitos, como abusos sexuales continuados, apropiación indebida, coacciones, blanqueo de capitales y simulación de delito, y un juzgado lo consideró como un presunto delincuente con riesgo de fuga.
La Diócesis de Tarazona aclaró meses atrás que no emprendería acciones legales contra el sacerdote, por la supuesta apropiación indebida, y le expresó su apoyo. El presbítero recibió además el respaldo de los vecinos de la localidad.
En un giro del caso, mientras que el sacerdote queda absuelto, las investigaciones ahora lo consideran víctima de los miembros de un clan familiar, llamado "Zapato veloz", hoy imputados por extorsión, blanqueo de capitales y pertenencia a una banda criminal.