Alrededor de 650 mil personas se congregaron ayer en Washington D.C. en la “Marcha por la Vida”, protestando contra la legalización del aborto en Estados Unidos bajo el lema “40 Años = 55 millones de bebés muertos producto del aborto”.
La marcha se produjo en el marco del 40 aniversario de “Roe vs. Wade”, la decisión de 1973 con la que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizó el aborto en todo el país.
Cientos de miles de participantes, en su mayoría jóvenes, enfrentaron a las heladas temperaturas y nieve, para asistir a la Marcha por la Vida, el 25 de enero.
Los miles de jóvenes participantes en la marcha de este año expresaron su entusiasmo y esperanza, mientras defendían la dignidad de toda vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural.
En declaraciones a ACI Prensa, Tony Visintainer, un seminarista de 23 años, aseguró que la marcha de este año tuvo “mucha energía”.
“No sé si es por el 40 aniversario”, señaló, “pero hay una diferencia en la atmósfera”.
Visintainer indicó que la multitud estaba cantando y bailando en las calles de la capital de Estados Unidos.
Los manifestantes escucharon a los oradores en un acto previo en el National Mall, antes de caminar rumbo a la Corte Suprema. Muchos llevaban pancartas expresando su apoyo a la vida, y rezaban en silencio.
Christy Guillory, estudiante en la escuela secundaria St. Emory, del estado de Louisiana, estaba “muy emocionada” por estar en la marcha por primera vez, a pesar del clima frío.
“La nieve es algo nuevo para mí”, dijo, añadiendo que la experiencia de estar ahí, junto a la gran multitud pro-vida era “mucho para asimilar”.
Guillory dijo que asistió a la marcha este año para “dar testimonio” de las visas de los no nacidos, haciendo eco de los sentimientos de muchos otros participantes.
Derek Smith llegó de Chillicothe, estado de Ohio, junto a su parroquia para participar en la marcha y dar testimonio. Él explicó que se había convertido a la Iglesia Católica luego de su primera participación en la Marcha por la Vida, cuatro años atrás.
“Realmente, esto es lo que me hizo decidirme a ser católico”, dijo Smith, indicando que una cosa que cambió su forma de pensar sobre la Iglesia fue “el poder detrás” de la marcha, tanto en oraciones como en la dedicación de las personas que participan.
Algunas mujeres y hombres que asistieron a la marcha hablaron sobre la experiencia de dolor que el aborto dejó en sus corazones y en sus mentes.
Josephine Todd, de 59 años, tuvo un aborto en 1980, antes de convertirse en pro-vida.
Ella señaló que vino a la Marcha por la Vida a “dar mi corazón” y defender lo que es correcto, mostrando “lo que nunca debí haber hecho”, y alentando a otros a no cometer su error.
La asistencia entre los estudiantes universitarios también fue alta, con muchas mandando números muy altos de estudiantes a la capital de Estados Unidos para participar en la marcha.
Grupos pro-vida de varias universidades de la Ivy League, entre las que se encuentran las de Harvard, Yale y Princeton, se reunieron para una foto grupal antes de comenzar y prestaron su apoyo a la marcha.
Caroline Bazinet, una estudiante de la Universidad de Princeton, indicó las similitudes entre los movimientos por los derechos civiles y los movimientos pro-vida.
Bazinet explicó que es importante ayudar a la gente manifestándose por los miembros perdidos de su generación, para que se den cuenta de que las vidas de millones de niños se han perdido.
Por su parte, Chrissy Rodriguez, estudiante de 20 años de la Universidad de Harvard, dijo que ella confía en la habilidad del movimiento pro-vida para cambiar las cosas.
“Soy sólo una persona”, dijo, “pero soy una persona que puede gritarle al mundo: ¡Esto es en lo que creo!”.