“De esta revolución –explicó el Purpurado alemán- deriva la equiparación entre homosexualidad y heterosexualidad. Por eso digo que Pablo VI ha planteado un problema de muchísima importancia”.
Al hablar explícitamente de las personas homosexuales y de la homosexualidad en general, el Prefecto señaló antes que nada que “debemos tener un gran respeto por estas personas, que también sufren y que quieren vivir en modo justo. Por otra parte, crear ahora la forma jurídica de una especie de matrimonio homosexual, en realidad no ayuda a estas personas”.
El Card. Ratzinger explicó al respecto que la ley pro-homosexual presentada en España “es destructiva para la familia y para la sociedad. El derecho crea la moral o una forma de moral, ya que la gente normal habitualmente piensa que lo que afirma el derecho es moralmente lícito”.
“Y si juzgamos esta unión más o menos equivalente al matrimonio, nos encontramos con una sociedad que ya no reconoce ni lo específico de la familia, ni su carácter fundamental, es decir, lo que es propio del hombre y la mujer, que tienen como objetivo dar continuidad -y no solo en sentido biológico- a la humanidad. Por eso, la elección tomada en España no aporta un beneficio verdadero a estas personas, porque de esa forma destruimos elementos fundamentales de un orden de derecho”, agregó.