El Arzobispado de Lima publicó un comunicado en el que explica los alcances de la última homilía dominical del Cardenal Juan Luis Cipriani, citada por algunos medios de comunicación como crítica al gobierno y utilizada por el Obispo Emérito de Chimbote, Mons. Luis Bambarén, en unas polémicas declaraciones.
Esta semana la prensa local dio amplia cobertura a las declaraciones del Obispo Emérito de Chimbote, localidad ubicada a 400 kilómetros de Lima, en las que señaló que el Purpurado debería seguir las reglas de la homilética y no dedicar sus sermones a hablar de política o dar opiniones personales.
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El comunicado del Arzobispado sostiene que las declaraciones de Mons. Bambarén responden “al desconocimiento del texto” de la citada homilía, “emite un juicio ajeno a la verdad y atenta contra la honra del Señor Cardenal” y precisa que “el bien de la Iglesia nos obliga a hacer esta aclaración de manera pública”.
El Arzobispado disculpa “fraternalmente, de todo corazón”, a Monseñor Bambarén, “en el afán siempre vivo de insistir en la necesaria unidad de la Iglesia, en la verdad y la caridad de Cristo”; y explica que las palabras del Cardenal Cipriani “expresan la natural preocupación del Pastor ante la crisis institucional que sufre el país”.
El comunicado precisa a la feligresía que la homilía del 18 de julio pasado “versó sobre la segunda lectura del Domingo XVI del Tiempo Ordinario, en la que el apóstol San Pablo escribe a los colosenses (1, 24-28), diciéndoles que ‘ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria’”.
Según el Arzobispado, el Purpurado comentó “que Dios nos dice cuál es nuestra tarea, qué debemos hacer en la Iglesia. Y continuó recordando la epístola de San Pablo, en el siguiente pasaje: ‘Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo’”.
La segunda parte de la homilía se basó en el Evangelio del día, que se refiere a la vida activa de Marta y la vida contemplativa de su hermana. Después de leer la sentencia de Cristo: "María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán", el Cardenal añadió que “estando con Cristo hablamos la verdad; estando con Cristo, vemos la esperanza; estando con Cristo, exigimos nuestros derechos y cumplimos nuestros deberes; estando con Cristo, aunque tengamos dificultades, tendremos una paz interior muy grande, que nadie nos va a quitar”.
Ante las próximas Fiestas Patrias, el Arzobispado recogió unas palabras de la homilía del Cardenal Cipriani pronunciadas el 28 de julio de 2001, “que continúan teniendo plena vigencia: ‘Hermanos, nos toca vivir un tiempo difícil y, por ello, apasionante. El país reclama de todos un suplemento de patriotismo que nos lleve a reconocernos como parte de la familia de los hijos de Dios’”.