Según informó la organización pro-vida Wisconsin Right to Life, un reciente estudio confirmó la capacidad sensorial de los bebés no nacidos y demostró que éstos sufren extremo dolor durante el proceso de un aborto.
La organización explicó que la mayoría de los neonatólogos “creían que los bebés en el vientre materno eran en su mayoría inmunes a sentir dolor”; sin embargo, con el uso de sonogramas e imágenes de ultrasonido en vivo, los expertos hay demostrado que un bebé de 20 semanas de gestación reacciona físicamente a estímulos externos como el sonido, luz y tacto.
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“El sentido del tacto es tan agudo que sólo con un cabello pasado por la palma de un no-nacido es suficiente para que el bebé haga un puño”, agregaron.
Los cirujanos que realizan procedimientos correctivos sobre niños nonatos han encontrado que aquellos bebés se estremecerán, reaccionarán y retrocederán ante objetos agudos e incisiones.
El doctor Steven Calvin de la Universidad de Minnesota explicó que “los conductores nerviosos del dolor están presentes para ser experimentados bastante temprano por los bebés nonatos”.
Asimismo, Susan Armacost, Directora Legislativa del Wisconsin Right to Life, explicó que “el movimiento abortista ha tratado de convencer al público que el sufrimiento físico de los bebés nonatos durante el aborto es un mito”, y aclaró que “sin embargo, la prueba científica creciente de que niños nonatos sufren un insoportable dolor cuando son asesinados en un aborto destapa otra mentira más mantenida por la industria financiera del aborto”.