La Conferencia Episcopal de Chile (CECH), indicó que colaborará con las instancias correspondientes para esclarecer las acusaciones de abusos sexuales que habría cometido Mons. Marco Antonio Órdenes, un hecho que causa dolor por tratarse de un obispo llamado a ser buen pastor.
"Lo que vivimos nos estremece y conmueve. Ante todo por la sola posibilidad de una herida causada a personas por parte de un ministro de la Iglesia. Pero este dolor cobra un carácter singular al ser el acusado un obispo, llamado a ser buen pastor y servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo", expresó la CECH en un comunicado.
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El día de ayer el Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia de Mons. Órdenes Fernández, hasta entonces Obispo de Iquique (Chile), a quien se le sigue un proceso en la Santa Sede desde el mes de abril por una acusación de abusos sexuales.
"Nos parecen de gravedad las conductas impropias que públicamente el obispo Órdenes ha reconocido. Creemos que este es un tiempo de reflexión y de plena colaboración con las instancias que corresponde", añadió el Episcopado.
En ese sentido, los obispos expresaron su confianza en que la Santa Sede aportará "luces de verdad y de justicia que hoy no alcanzamos a vislumbrar. Invitamos a todos a esperar serenamente el esclarecimiento de los hechos denunciados".
Asimismo, recordaron que el Papa ha dicho "que la evangelización que nuestro tiempo exige no puede hacerse ‘sin una disposición sincera de conversión’. Como afirmamos en nuestra reciente Carta Pastoral, nosotros, obispos, ‘somos los primeros que debemos ser evangelizados’".
"Hoy hacemos nuestro el sentir de san Pablo: ‘Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados’", añadieron.
Los obispos llamaron a los chilenos a volver a poner a Cristo como "centro de nuestra vida y nuestro actuar (…). Sólo desde Él daremos testimonio vivo de nuestra misión: Iglesia humilde y cercana a las personas más pobres y vulneradas".
"Que la Virgen del Carmen, venerada en el santuario de La Tirana y en todo el país como nuestra Madre y Señora, cure a los heridos, consuele a los que sufren y nos ayude a caminar por el sendero de su Hijo", finaliza el texto.