El Obispo de Minas (Uruguay), Mons. Jaime Fuentes, denunció la discriminación de la Misa hace unos días por parte de la empresa estatal de energía eléctrica, UTE, que impidió la celebración de la Eucaristía en un evento para matrimonios en una de sus dependencias.
En dos artículos de su blog, el Obispo y periodista se refirió a la prohibición explícita del parque vacacional UTE en la localidad de Minas para que un evento con 150 matrimonios pudiera celebrar la Eucaristía, según sus voceros porque "dado que el predio es propiedad de UTE y Antel (empresa de telecomunicaciones uruguaya), no se pueden realizar actividades religiosas ni políticas".
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Ante la prohibición, el Obispo y las 300 personas asistentes tuvieron que mudar el evento realizado a finales de agosto, al Hotel Argentino de Piriápolis en donde sí pudieron celebrar la Eucaristía.
El Prelado explica que "en el programa del encuentro, a una determinada hora estaba incluida la posibilidad de asistir a Misa, que se iba a celebrar en alguno de los varios locales que tiene el Parque (UTE). La gerencia, como es natural, no había puesto ninguna objeción: iban a ocupar el hotel 300 personas durante un fin de semana, y sería una muy buena entrada económica, si quieren ofrecer sesiones de lectura del Corán o hacer meditación trascendental o celebrar Misa, ¿qué más da?".
Sin embargo, "cuando los organizadores ya tenían todo decidido", les llegó un comunicado señalándoles que no se les permitiría celebrar Misa en el local. "Ante la negativa de los superiores, la gerencia del Parque se preocupó de pensar en otras alternativas" como contratar un ómnibus que los trasladara hasta Minas. "Otras alternativas (…) tan bien intencionadas como insólitas", afirmó.
Al respecto el Obispo cuestionó: "¿es o no es discriminación por motivos religiosos lo que hizo UTE?" "Si una persona o una institución discrimina, es objeto de merecidas sanciones. Si lo hace un organismo estatal, por motivos religiosos para más datos, ¿no pasa nada?", se preguntó.
En su segunda columna el Obispo comentó que "la aconfesionalidad del Estado, ¿no deberá ser entendida con un criterio positivo?: sin optar por ninguna, el Estado reconoce que el pluralismo religioso es un hecho social, bueno para la sociedad en su conjunto, y favorece su expresión pública".
"Nos preocupa, con razón, la violencia; y el número de suicidios; y el abuso del alcohol; y de las drogas. Nos preocupa la cantidad de embarazos de adolescentes; y de divorcios… Para encontrar soluciones, ¿no habrá que empezar a desalambrar los cercos que rodean a Dios?", interpeló.
Mons. Fuentes, que se recibió de periodista y después de 6 años de ejercer la profesión, fue ordenado sacerdote, afirma que "no me resulta difícil hacer compatible el sacerdocio y el periodismo".
"Los medios tienen una dinámica propia que siempre traté de respetar. Por ejemplo: distinguir los hechos de las opiniones; ser responsable de lo que uno dice o escribe; documentarse lo mejor que se pueda; respetar las fuentes; buscar la objetividad".
Y añade el Obispo: "bueno, puede decirme alguno, pero usted es cura; sus compromisos religiosos le impiden ser objetivo. Y le respondo que, en definitiva, todos tenemos compromisos, con Dios o con el diablo. Dicho de otra manera, que es precisamente mi responsabilidad delante de Dios la que me empuja a tratar de buscar la verdad y de comunicarla como la veo".
"Con esto no niego que quien no tiene fe no pueda ser objetivo, entendámonos, o que lo acuse de estar comprometido con Lucifer… Lo que digo es que pensar que la fe distorsiona la realidad es un serio error, desde el momento en que el hombre es, sobre todo, un animal religioso y sólo así se lo puede comprender a fondo".
El Obispo dijo finalmente que no va a presentar ninguna denuncia ante la justicia y explicó que su intención ha sido "llamar la atención sobre un hecho, discriminatorio en mi opinión. Pienso que ya es hora de que le perdamos el miedo a lo religioso".