El Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Mons. Carlo Maria Viganò, dijo a los obispos locales que las dificultades que enfrenta la Iglesia deben ser vistas como una oportunidad para unirse en defensa de la fe.
En su discurso al inicio de la Asamblea General de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el pasado 13 de junio, Mons. Viganò señaló que los actuales desafíos para los fieles pueden ser considerados "providencialmente, como una invitación a toda la Iglesia en Estados Unidos" a asumir "una actitud de profunda comunión con el Obispo local, en obediencia filial al Sucesor de Pedro".
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El Prelado indicó que "no hace falta decir que la Iglesia Católica en Estados Unidos está viviendo en un período particularmente difícil de su historia", en referencia a los asuntos de libertad religiosa y de conciencia a raíz del mandato de la administración Obama que obligará a las organizaciones católicas a ofrecer seguros de salud que cubran el aborto y la anticoncepción.
Mons. Viganò dijo que estos temas están "cerca del corazón del pueblo estadounidense" y requieren "el indispensable rol del Obispo como Pastor Jefe en su diócesis".
El Nuncio agradeció a los obispos por su trabajo en defensa de la libertad religiosa, pues "la Iglesia debe hablar con una sola voz" y no caer en la tentación del enemigo, cuya táctica fundamental es hacer creer que la Iglesia está dividida.
Parte de esta respuesta unificada de los obispos es la campaña "Fortnight for freedom" (Dos semanas por la Libertad), que concluirá simbólicamente el 4 de julio, día de la Independencia de Estados Unidos.
Mons. Viganò dijo que se trata de una "iniciativa digna de elogio" y aseguró que participará en ella "localmente en la Arquidiócesis de Washington".
En ese sentido, Mons. Viganò recordó las palabras del Papa Benedicto XVI, que describió el momento actual como un llamado a los obispos "a ejercer la dimensión profética" de su ministerio episcopal, al defender la verdad y ofrecer palabras de esperanza".
Estas palabras, indicó el Nuncio, ofrecen "claridad y sabiduría" para el futuro, y los obispos deben buscar en ellas un "mapa del camino" para promover "la verdad del Evangelio y la Nueva Evangelización".