El Papa Benedicto XVI dijo esta mañana que los aeropuertos de todo el mundo también son lugares en donde debe plasmarse la misión de la Iglesia: llevar a Dios al hombre y guiar al hombre al encuentro con Dios.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso a los participantes del 15º Seminario Internacional de capellanes católicos de la Aviación Civil y de los miembros de las capellanías de los aeropuertos, promovido por el Pontificio Consejo de la Pastoral de los emigrantes e itinerantes, bajo el lema "La nueva evangelización en el mundo de la aviación civil".
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El Papa exhortó a los asistentes a considerar siempre que están "llamados a hacer presente en los aeropuertos del mundo la misma misión de la Iglesia, que es llevar a Dios al hombre y guiar al hombre al encuentro con Dios. Y los aeropuertos son lugares que reflejan cada vez más la realidad globalizada de nuestro tiempo".
"En ellos se encuentran personas diferentes por nacionalidad, cultura, religión, nivel social y edad, pero se encuentran también situaciones humanas muy distintas y nada fáciles, que requieren siempre una mayor atención; pienso, por ejemplo, en quienes viven una espera llena de angustia en el intento de transitar sin los documentos necesarios, como los emigrantes o los que solicitan asilo; pienso en los engorros ocasionados por las medidas para contrarrestar los atentados terroristas".
Benedicto XVI indicó que en los aeropuertos también "se refleja la crisis de fe que afecta a muchos; los contenidos de la doctrina cristiana y los valores que ésta enseña, ya no son considerados como puntos de referencia, incluso en los países que tienen una larga tradición de vida eclesial".
"Éste es el contexto humano y espiritual en el que estáis llamados a anunciar con renovado vigor la Buena Nueva, con la palabra, con vuestra presencia, con vuestro ejemplo y vuestro testimonio, bien conscientes de que, aun en los encuentros casuales, la gente sabe reconocer un hombre de Dios y que, con frecuencia, hasta una pequeña semilla en una tierra bien dispuesta puede germinar y producir frutos abundantes".
El Papa alertó asimismo que en los aeropuertos "tanto la continua movilidad como la tecnología constantemente en progreso amenazan con oscurecer la centralidad que debe tener el ser humano; a menudo se da mayor atención a la eficiencia y a la productividad en detrimento del amor al prójimo y de la solidaridad, que, sin embargo, han de caracterizar siempre las relaciones humanas".
"También en esto es importante y preciosa vuestra presencia: es un testimonio vivo de un Dios cercano al hombre; y es una llamada a no quedarse nunca indiferentes ante quien se encuentra, sino a tratarlo con disponibilidad y con amor. Os animo a ser un signo luminoso de esta caridad de Cristo, que da serenidad y paz".
Tras exhortar a los capellanes a que toda persona "encuentre en vosotros un corazón acogedor, capaz de escuchar y comprender", el Papa animó a que "todos puedan experimentar mediante vuestra vida cristiana y sacerdotal el amor que proviene de Dios, para que cada uno sea impulsado a una relación renovada y profunda con Cristo, que nunca deja de hablar a cuantos se abren a él con confianza, especialmente en la oración. De aquí la importancia de las capillas en los aeropuertos, como lugares de silencio y sosiego espiritual".
"En vuestro servicio pastoral, tenéis como modelo y protectora a la Santísima Virgen, que veneráis con el título de Nuestra Señora de Loreto, patrona de todos los que viajan en avión, haciendo referencia a la tradición que atribuye a los ángeles el traslado de la casa de María de Nazareth a Loreto".
Como María, el cristiano debe dar testimonio en primera persona: "esta es la misión de la Iglesia: anunciar a Jesucristo, único salvador del mundo, ‘misión – como decía el Siervo de Dios, el Papa Pablo VI – que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgente’".
El Papa exhortó luego a que "el encuentro cotidiano con el Señor Jesús en la celebración eucarística y en la oración personal os dé el entusiasmo y la fuerza de anunciar la novedad evangélica, que transforma los corazones y hace nuevas todas las cosas".
"Os aseguro mi recuerdo en la oración, para que seáis instrumento eficaz en la ayuda a las personas confiadas a vuestros cuidados pastorales a cruzar la ‘porta fidei’, acompañándolas en el encuentro con Cristo vivo y operante entre nosotros", concluyó.