Luego de sus primeras palabras en México, el Papa Benedicto XVI se acercó a los fieles que lo esperaban en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional de Guanajuato, entre los que se encontraban niños discapacitados y con Síndrome de Down a los que bendijo y dio muestras de afecto.
Acompañado del presidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, el Santo Padre fue saludando a los niños con Síndrome de Down y a los discapacitados que, ayudados por los voluntarios, trataban de acercarse y tomarle fotos. Uno a uno, Benedicto XVI fue dándoles la bendición, les estrechó la mano y beso las mejillas como muestra de cariño y amor paternal.
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Previamente, antes del discurso de bienvenida, el Papa recibió el saludo de una comitiva de niños indígenas que vestían trajes tradicionales. Entre los menores estaban Gilberto Moreno Vázquez y Araceli Esteban Lorenzo, ambos de ocho años de edad y del municipio de Cochoapa El Grande, ubicado en la parte alta de la Montaña de Guerrero y uno de los lugares más pobres de la entidad.
Al finalizar este primer encuentro con el pueblo mexicano, el Papa se retiró del aeropuerto acompañado de su comitiva y autoridades eclesiásticas y civiles rumbo al Colegio Miraflores donde pasará la noche.