El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, respondió enérgicamente a una serie de ataques mediáticos sobre supuesta corrupción económica en el Vaticano, precisó que la Iglesia sigue comprometida en la lucha contra los abusos sexuales y explicó que no hay lucha de poder interna en vistas al próximo cónclave.
En el documento difundido por Radio Vaticano, el sacerdote se refirió a la filtración de documentos del Vaticano usados en las últimas semanas para atacar en varias ocasiones a la Santa Sede y a la Iglesia para intentar generar desconcierto entre los católicos y el público en general.
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"Por eso, calma y sangre fría, y recurso abundante a la razón; algo que no todos los medios de comunicación ponen en práctica. Se trata de documentos de naturaleza y peso diversos, nacidos en tiempos y situaciones distintas".
Unos, indica la nota, "son debates sobre una gestión económica más eficaz de una institución con numerosas actividades materiales como es la Gobernación; otros, apuntes sobre cuestiones jurídicas y normativas en fase de discusión, sobre las que es normal que haya opiniones diversas".
Otros textos difundidos por los medios, señala el sacerdote, "son memoriales disparatados que ninguna persona con dos dedos de frente considera serios, como el reciente sobre el complot contra la vida del Papa. Pero da lo mismo: mezclar todo favorece la confusión".
"Una información seria tendría que saber distinguir los temas y comprender su diverso significado. Es obvio que las actividades económicas de la Gobernación deben administrarse con claridad y rigor; está claro que el IOR y las actividades financieras tienen que adecuarse correctamente a las normas internacionales contra el blanqueo de capitales. Son éstas, evidentemente, las indicaciones del Papa".
Mientras tanto, añade, "está claro que la historia del complot contra el Papa, como dije en su día, es un disparate, un delirio, y no vale la pena tomarla en serio".
El vocero del Vaticano reconoce luego que "ciertamente, es muy triste que se pasen deslealmente documentos internos al exterior, de manera que creen confusión. La responsabilidad recae sobre una y otra parte".
"En primer lugar, sobre quien facilita este tipo de documentos; pero también sobre quien los utiliza para objetivos que no son, de seguro, el amor puro a la verdad. Por eso tenemos que resistir y no dejarnos atrapar en el torbellino de la confusión, que es lo que desean los malintencionados, y ser capaces de razonar".
El sacerdote afirma que "en cierto sentido –es una antigua observación de la sabiduría humana y espiritual–, cuando se producen los ataques más fuertes es señal de que lo que está en juego es importante".
Abusos sexuales y "lucha de poder"
Sobre el tema de los abusos sexuales, con los que los católicos son frecuente y casi permanentemente atacados, el P. Lombardi dijo que "la Iglesia ha respondido justamente con un compromiso serio y profundo de renovación y purificación de amplias miras. No es una respuesta de poco alcance".
"Ahora somos conscientes de la situación y hemos puesto a punto una eficaz estrategia de curación, renovación y prevención para el bien de toda la sociedad. Al mismo tiempo, como es sabido, estamos realizando un serio esfuerzo para garantizar una verdadera transparencia en el funcionamiento de las instituciones vaticanas, también desde el punto de vista económico".
El P. Lombardi explica que "se han establecido nuevas normas. Se han abierto canales de relaciones internacionales para el control. Ahora bien, algunos de los documentos difundidos recientemente tienden precisamente a desacreditar este esfuerzo".
Paradójicamente, continúa, "ello constituye una razón más para seguir por este camino con decisión, sin dejarse impresionar. Si tantos se ensañan, se ve que es importante".
"Quien piensa desanimar al Papa y a sus colaboradores en este compromiso, se equivoca y se engaña".
Sobre las supuestas luchas internas de poder en el Vaticano en vistas al próximo cónclave, el sacerdote animó a "observar que todos los pontífices elegidos durante este siglo y el pasado han sido personalidades de altísimo e indiscutido valor espiritual".
"Está claro que los cardenales han intentado e intentan elegir a alguien que merezca el respeto del pueblo de Dios y sirva a la humanidad de nuestro tiempo con gran autoridad moral y espiritual".
El vocero del Vaticano señala entonces que "la lectura en clave de luchas de poder internas depende en gran parte de la tosquedad moral tanto de quien la provoca como de quien la realiza; a menudo no son capaces de ver otra cosa".
Por suerte, concluye, "quien cree en Jesucristo sabe que –a pesar de lo que se diga o se escriba hoy en los periódicos–, las verdaderas preocupaciones de quien ejerce responsabilidades en la Iglesia son más bien los graves problemas de la humanidad de hoy y de mañana. Por algo creemos y hablamos también de la ayuda del Espíritu Santo".