El prestigioso escritor católico español Juan Manuel de Prada, advirtió en un artículo publicado en el diario ABC, que la "relajación en la observancia de los votos y progresiva mundanización" está dañando la vida consagrada.
"Si analizamos la historia de la vida consagrada, comprobaremos que todas las reformas que durante siglos se produjeron en su seno siguieron una tendencia común de lo menos difícil a lo más difícil. Esta tendencia se quebraría en el último medio siglo, en la que las reformas han tenido una tendencia descendente de dulcificación de la disciplina, relajación en la observancia de los votos y progresiva mundanización", advirtió de Prada.
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Indicó que esto es "palpable en aspectos aparentemente accidentales, como el abandono del hábito, signo de la libertad de la Iglesia, ajena a modas y costumbres, en medio del mundo".
Sin embargo, advirtió que "los cambios accidentales acaban inevitablemente transformando la esencia, acaban erosionando ese fondo de ‘verdad permanente e invencible estabilidad’ —Pablo VI dixit— sobre el que se asienta la vida consagrada".
En ese sentido, se refirió a la carta en que el religioso marianista, José María Salaverri, le reprochó un artículo "en el que muy someramente me refería a los estragos que esta secularización ha causado en la vida consagrada".
De Prada agradeció la fidelidad del P. Salaverri, que "lleva más de 65 años siendo testigo de la presencia transfigurante de Dios", pero advirtió que en el caso de los marianistas "algo, en efecto, ha debido de ocurrir" porque de 3.110 sacerdotes en 1959 bajaron a 1.320 en 2010, "con una media de edad mucho más elevada".
"Sabemos bien que cantidad no es sinónimo de calidad, pero tampoco podemos olvidar que la experiencia de un ideal —sobre todo de un ideal comunitario— sólo puede adquirir perfección si son muchos los individuos que se comprometen con él", señaló.
El escritor agradeció la labor de los consagrados, pero indicó que "esta gratitud no nos exime de señalar lo que consideramos fallas en la vida consagrada; la principal de las cuales es la secularización o asimilación al mundo, ‘cuyas posiciones se adoptan porque se desespera de conquistarlo desde posiciones propias’".