Un obispo de Estados Unidos señaló que como sucedió con los primeros mártires cristianos de la Iglesia, los católicos en ese país deben prepararse para sufrir, incluso la cárcel, tras la decisión del gobierno de Obama de obligar a los empleadores a pagar seguros que incluyen anticoncepción, esterilización y fármacos abortivos.
Así lo señaló el Obispo de Lincoln (Nebraska), Mons. Fabian W. Bruskewitz, ante la orden de la administración Obama, dada a conocer el 20 de enero a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que obliga a que a partir del año 2013 los empleadores se vean obligados a pagar seguros que cubren diversas prácticas anti-vida.
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"No podemos y no cumpliremos esta injusta norma. Como los mártires de los primeros días, tenemos que estar preparados para aceptar el sufrimiento que podría incluir altas multas y la cárcel", escribió el Prelado en una carta que ordenó sea leída en la Misa del domingo 29 de enero en toda su diócesis.
"Nuestra libertad religiosa en Estados Unidos está en grave peligro", advirtió.
La secretaria del departamento de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, quien afirma ser católica, le ha dado un plazo de un año a las instituciones religiosas para acatar la norma.
"Esto significa que todos nuestros hospitales católicos, escuelas, agencias de servicios sociales y similares serán obligados a participar del mal", explicó el Obispo.
El Prelado dijo además que la Iglesia "le ha pedido al Presidente Obama que rescinda esta ley, pero todas las solicitudes han encontrado una pared y han llegado a oídos sordos" en la administración.
El Obispo de Lincoln es uno de los muchos líderes de la Iglesia en Estados Unidos que ha hablado sobre este controvertido tema.
En la diócesis de Phonenix, los católicos escucharon un mensaje del Obispo Thomas J. Olmsted, quien señaló que la gente de fe no puede "ser relegada a ser ciudadanos de segunda clase" ni "despojada de sus derechos dados por Dios".
El Obispo de Marquette, en el estado de Michigan, Mons. Alexander K. Sample, afirmó que si esta ley entra en vigor "nosotros los católicos nos veremos obligados a violar nuestras consciencias o a dejar la cobertura de salud para nuestros empleados y sufrir las penalidades por hacer eso".
El Arzobispo de Nueva Orleans, Mons. Gregory M. Aymond, resaltó por su parte en su carta del fin de semana que es necesario actuar ante este "ataque sin precedentes a la libertad religiosa".