El Papa Benedicto XVI dirigió un discurso a los participantes del 3° Congreso Mundial de Pastoral para los Estudiantes Internacionales, en el que alentó a los jóvenes a ser puentes de conexión entre las culturas y regresar a sus países de origen para contribuir con su desarrollo.
"Hoy más que nunca la apertura recíproca entre las culturas es un terreno privilegiado para el diálogo entre todas las personas comprometidas en la búsqueda de un humanismo auténtico", afirmó el Papa este viernes.
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Dijo que "por eso el encuentro entre las culturas en el campo universitario debe ser alentado y sostenido (...) Los estudiantes internacionales tienen, efectivamente, la potencialidad de convertirse, gracias a su formación intelectual, cultural y espiritual, en artífices y protagonistas de un mundo con un rostro cada vez más humano".
Benedicto XVI señaló que estas personas forman un grupo cada vez más numeroso dentro del fenómeno migratorio. Sin embargo, dijo que muchos de ellos salen de sus países de origen debido a la carencia de formación de calidad y de estructuras adecuadas, además de las tensiones sociales y políticas.
"Es importante, por lo tanto ofrecerles una preparación intelectual, cultural y espiritual, equilibrada y sana, para que no caigan presa de la ‘fuga de cerebros’, sino que, por el contrario, formen una categoría social y culturalmente relevante en vista del regreso a sus países de origen como futuros dirigentes, y contribuyan a levantar ‘puentes’ culturales, sociales y espirituales con las naciones que un día los acogieron", afirmó.
Asimismo, recordó que el mundo universitario constituye un campo fundamental de evangelización. "La difusión de ideologías ‘débiles’ en los diversos sectores de la sociedad llama a los cristianos a un redoblado esfuerzo en el ámbito intelectual con el fin de alentar a las generaciones jóvenes en la búsqueda y el descubrimiento de la verdad sobre el ser humano y sobre Dios", indicó.
Benedicto XVI puso como ejemplo al Beato John Henry Newman, cuya vida "tan ligada al contexto académico, confirma la importancia y la belleza de promover un ambiente educativo en que la formación intelectual, la dimensión ética y el compromiso religioso se aúnen".
"Los jóvenes cristianos, que proceden de culturas diversas pero pertenecen a la única Iglesia de Cristo, pueden demostrar que el Evangelio es Palabra de esperanza y salvación para los seres humanos de todo pueblo y cultura, de toda edad y época", finalizó.