El Papa Benedicto XVI rechazó la ejecución perpetrada por las FARC de tres policías y un militar a quienes tenía secuestrados desde hace más de diez años, y expresó su cercanía y solidaridad para con el pueblo de Colombia.
Las autoridades de Colombia confirmaron el sábado 26 de noviembre la ejecución del cabo Libio Martínez, el teniente Elkin Hernández Rivas, el coronel Édgar Yesid Duarte Valero y el intendente Álvaro Moreno, quienes fueron asesinados luego de una frustrada operación del ejército para liberarlos.
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El único sobreviviente de estas ejecuciones de las FARC en su huida del ejército, el sargento Luis Alberto Erazo, contó que los guerrilleros les habían dicho que en caso de un enfrentamiento él y los demás secuestrados debían avanzar con ellos porque los iban a entregar sanos y salvo.
Él no hizo caso a la indicación y se fugó. Desde donde estaba pudo ver luego cómo miembros de las FARC asesinaron a sangre fría sus cuatro compañeros.
Sobre estos lamentables hechos, rechazados también por Estados Unidos, Francia, la OEA, entre otros, el Santo Padre señaló en un comunicado enviado por la Secretaría de Estado del Vaticano que "recibo con dolor esta trágica noticia; oro por los familiares de las víctimas y por el amado pueblo de Colombia en estos momentos de sufrimiento e imploro el cese de la violencia".
El embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, dijo además que el Papa se siente afligido por este hecho de violencia que enluta de nuevo a los colombianos.
En sus seis años de pontificado, el Papa Benedicto XVI ha hecho numerosos llamados para que la guerrilla narcoterrorista libere a todos los secuestrados y ha manifestado también su rechazo a la violencia que vive Colombia desde hace más de 40 años.