En la Parroquia de Santa Rita de Cotonou, dirigida por las Misioneras de la Caridad de la Beata Madre Teresa, el Papa Benedicto XVI visitó ayer por la tarde a decenas de niños abandonados y enfermos para recordarles que Dios los ama y animarlos a compartir el tesoro de Cristo con los demás.
"Queridos niños, Jesús os ama. Pedid también a vuestros padres que recen con vosotros. Algunas veces habrá que insistirles un poco. No dudéis en hacerlo. Dios es muy importante", expresó el Papa.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Luego de ser recibido por la Superiora de de las Misioneras de Cotonou y los jóvenes con rezos y bailes, el Santo Padre comenzó su discurso: "Querido niños, Dios nuestro Padre nos ha convocado alrededor de su Hijo y nuestro hermano, Jesús, presente en la hostia consagrada en la Misa".
"Es un gran misterio que hay que adorar y creer. Jesús, que nos quiere tanto, está verdaderamente presente en los sagrarios de todas las iglesias del mundo, en los sagrarios de las iglesias de vuestros barrios y parroquias. Os invito a visitarlo con frecuencia para manifestarle vuestro amor".
Algunos de vosotros "habéis hecho ya la primera comunión, otros os estáis preparando para hacerla. El día de mi primera comunión fue uno de los más bonitos de mi vida. También para vosotros, ¿no es verdad? Y, ¿sabéis por qué? No sólo por los lindos vestidos, los regalos o el banquete de fiesta, sino principalmente porque en ese día recibimos por primera vez a Jesús-Eucaristía".
El Santo Padre enseñó a rezar a los niños en el acontecimiento de la Comunión: "cuando yo comulgo, Jesús viene a habitar dentro de mí. Tengo que recibirlo con amor y escucharlo con atención. En lo más profundo del corazón, le puedo decir por ejemplo: ‘Jesús, yo sé que tú me amas. Dame tu amor para que te ame y ame a los demás con tu amor. Te confío mis alegrías, mis penas y mi futuro’".
"Queridos niños, no dudéis en hablar de Jesús a los demás. Es un tesoro que hay que saber compartir con generosidad. En la historia de la Iglesia, el amor a Jesús ha llenado de valor y de fuerza a muchos cristianos, incluso a niños como vosotros".
Así, recordó, "a San Kizito, un muchacho ugandés, lo mataron porque él quería vivir según el bautismo que acababa de recibir. Kizito rezó. Había comprendido que Dios no sólo es importante sino que lo es todo".
Benedicto XVI explicó que la oración "es un grito de amor dirigido a Dios nuestro Padre, deseando imitar a Jesús nuestro Hermano".
Y los invitó a sembrarla cada día: "Jesús se fue a un lugar apartado para orar. Como Jesús, yo también puedo encontrar cada día un lugar tranquilo para recogerme delante de una cruz o una imagen sagrada y hablar y escuchar a Jesús. También puedo usar el Evangelio. Después me fijo con el corazón en un pasaje que me ha impresionado y me que guiará durante la jornada".
Finalmente, el Santo Padre hizo entregar a los jóvenes un rosario para encomendar sus días a la intercesión de la Virgen María. Y antes de impartir su bendición, rezó junto a los jóvenes un Ave María por los niños de todo el mundo, "especialmente por los que sufren a causa de la enfermedad, el hambre y la guerra", concluyó.
Para leer el discurso completo ingrese a: http://www.aciprensa.com/Docum/documento.php?id=424