Al retomar este miércoles la habitual audiencia general, desde la residencia pontificia de Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI alentó a los católicos a "sumergirse" en los libros de la Biblia en vacaciones, para que el tiempo de descanso también sirva para la oración y la amistad con Dios.
El Papa señaló que cuando la persona tiene un espacio de pausa de las actividades cotidianas, en especial en vacaciones "a menudo tenemos entre manos un libro para leer. Precisamente este es el primer aspecto sobre el cual quiero detenerme. Cada uno de nosotros tiene necesidad de tiempo y espacio para el recogimiento, la meditación, la calma. Gracias a Dios esto es así".
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"En efecto, esta exigencia nos confirma que no estamos hechos solamente para trabajar, sino también para pensar, reflexionar, o sencillamente para seguir con la mente y con el corazón un relato, una historia en la que sumergirse, en cierta manera ’perderse’ para salir después enriquecidos".
Benedicto XVI comentó luego que muchos de estos libros suelen ser de evasión, ante lo cual hizo una propuesta: "¿por qué no descubrir algunos libros de la Biblia, que normalmente son menos conocidos? ¿O de los que a lo mejor hemos escuchado algún fragmento durante la liturgia, pero que no hemos leído en su totalidad?"
"En efecto, muchos cristianos no leen nunca la Biblia, y tienen de ella un conocimiento muy limitado y superficial. La Biblia –como dice el nombre– es un conjunto de libros, una pequeña ‘biblioteca’, nacida en el curso de un milenio".
Seguidamente, señala la nota de Radio Vaticano, enumeró algunos libros "desconocidos" del Antiguo Testamento "que pueden leerse en una hora", como el de Tobías "una narración que contiene un sentido muy amplio de la familia y del matrimonio. O el libro de Esther, en el que la Reina judía, con la fe y la oración, salva a su pueblo del exterminio; o, todavía más breve, el libro de Ruth, una extranjera que conoce a Dios y experimenta su providencia".
"Más laboriosos, y auténticas obras de arte, son el libro de Job, que afronta el gran problema del dolor inocente. El Eclesiastés que asombra por la desconcertante modernidad con la que pone en discusión el sentido de la vida y del mundo; el Cantar de los Cantares, estupendo poema simbólico del amor humano. Como veis estos son libros del Antiguo Testamento".
El Santo Padre dijo luego que ciertamente los libros del Nuevo Testamento son más conocidos "y los géneros literarios están menos diversificados. Hay que descubrir la belleza de leer un Evangelio de corrido, o los Hechos de los Apóstoles o una de las Cartas".
"En conclusión, queridos amigos, os sugiero que tengáis a mano durante el periodo estivo, o en los momentos de pausa, la Sagrada Biblia para disfrutarla de una nueva manera, leyendo de seguido algunos de sus Libros, tanto los menos conocidos como los que más, como los Evangelios, pero de manera continuada".
De esa manera, explicó el Papa, "los momentos de distensión podrán ser, además de enriquecimiento cultural, alimento del espíritu capaz de alimentar el conocimiento de Dios y propiciar el diálogo con Él, la oración".
"Y así parece más bien una bonita ocupación para las vacaciones: tomar un libro de la biblia y –de esta manera– tener un poco de distensión. Asimismo, tener tiempo para entrar en el gran espacio de la Palabra de Dios, profundizar nuestro contacto con lo eterno, precisamente, como objetivo del tiempo libre que el Señor nos da", concluyó.
En español el Santo Padre reiteró su pedido de leer la Biblia "descubriendo así, poco a poco la inmensa riqueza de este tesoro que es la Palabra de Dios. Gracias por vuestra presencia y oración. Que el Señor vaya siempre con vosotros".