La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, alabó la labor de su departamento en la promoción de la ideología gay con eventos como las "marchas de orgullo" y un concierto de Lady Gaga en Roma (Italia). Dos expertos advierten que esta postura de la administración Obama también podría terminar por imponer esta ideología en países católicos.
Austin Ruse, Presidente del Instituto Catholic Family and Human Rights en Estados Unidos, explicó a ACI Prensa que "la administración Obama ha hecho que la agenda de los grupos LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) sea uno de los pilares en su política internacional".
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"Han hecho que las embajadas en todo el mundo monitoreen y asistan a los colectivos homosexuales sin importar si la gente del país la aceptan (la agenda LGBT) o no", agregó.
Ruse dijo a ACI Prensa que "Estados Unidos es muy poderoso y puede forzar a los gobiernos del mundo a someterse a sus perspectivas para las políticas sociales".
Como nuestra de este apoyo de Clinton y la administración Obama a la ideología gay que busca destruir el concepto de matrimonio natural, compuesto por un hombre y una mujer, y la familia que se funda en ella, el pasado 27 de junio organizaron junto a la organización de gays y lesbianas de las agencias de relaciones exteriores, una celebración del orgullo LGBT.
Los miembros de estas instituciones reunieron a 20 jefes de misiones de la ONU y los hicieron firmar una declaración pública en apoyo a la marcha del 27 y alentaron "un debate respetuoso y productivo sobre derechos LGBT".
Tras una serie de iniciativas ejecutadas en Italia, el único país de Europa que no cuenta con legislación sobre este tema, y Eslovaquia, Clinton explicó en el evento del 27 de junio que el Departamento de Estado también promueve los llamados "derechos homosexuales" en Honduras, Uganda, Malawi, Rusia, Turquía, China y otros países.
También destacó el gran esfuerzo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra donde obtuvieron que se ordene realizar un estudio para medir "el grado de discriminación por orientación sexual o identidad de género en el mundo", celebrado por la prensa secular como algo "histórico" por considerarla la primera resolución de este tipo en este organismo.
Asimismo, el departamento de relaciones exteriores de Estados Unidos y su misión permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA) ha generado un "obsevatorio" especial para "derechos LGTB" dentro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Sobre este tema, Rebecha Marchinda, Directora legal de la organización World Youth Alliance, –cuya labor se realizada mayormente ante la ONU– señaló a ACI Prensa que esta política de promoción de la ideología gay, especialmente en países católicos, "puede terminar en la alienación de la Iglesia del espacio público y del debate sobre estos temas".
"En vez de reconocer que los estados tienen razones legítimas para reconocer el matrimonio y la familia como instituciones, Estados Unidos busca enfrentar a la Iglesia Católica con la sociedad civil afirmando que su oposición a esta ideología se basa solamente en ideas retrógradas", denunció Marchinda.
Algunas de estas razones legítimas, explicó, son anteriores a la cuestión religiosa y promueven la dignidad humana y el bien común.
Rebecha Marchinda dijo también a ACI Prensa que no existe una definición aceptada internacionalmente sobre lo que significa "orientación sexual" o "identidad de género" y sin embargo las autoridades de Estados Unidos siguen usando estos términos en su labor referente a derechos humanos.
Con ellos, resaltó, "se genera confusión entre los estados miembros de la ONU y especialmente entre aquellos que reciben políticas generadas con este lenguaje para ser aplicadas en sus naciones".
Estos conceptos nacen de la ideología de género, una corriente relativista que nació en Estados Unidos hace unos 30 años y se desarrolló luego en Europa de acuerdo a la ideología del feminismo y del pensamiento gay.
Lo que busca es afirmar que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social antes que algo biológico para dar la idea de que la orientación sexual –y con ello la identidad de género y el papel del género– contaría más que el sexo biológico natural.