El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer, recordó que el ser humano tiene el deber de realizarse de acuerdo al plan de Dios y para eso es fundamental que discipline sus instintos, inclinaciones pasionales "y aun en el orden espiritual, la voluntad".
Durante el programa sabatino Claves para un Mundo Mejor, el Prelado afirmó que "la necesidad de una disciplina personal, de la autodisciplina, vale no sólo para el chico que va a la escuela (…), sino que vale para nosotros, adultos, para todos y a lo largo de toda la existencia".
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Mons. Aguer explicó que las corrientes pedagógicas que han prevalecido durante los dos últimos siglos devaluaron la realidad de la disciplina al sostener "una especie de espontaneidad ética", en la que el hombre "debía dejarse llevar por sus instintos y alcanzar esa expansión vital sin aceptar parámetros objetivos de conducta".
"En el ámbito de la espiritualidad cristiana también se ha desvalorizado la ascética, como si fuera una especie de tormento medieval del cual habría que liberarse porque el ideal cristiano tendría que procurar simplemente que la persona se sienta bien", advirtió.
Sin embargo, recordó que de acuerdo a la gran tradición occidental "la finalidad de la educación es la formación integral de la personalidad: que el hombre pueda desplegar todas sus potencialidades y realizarse efectivamente como lo que es".
Indicó que para esto es fundamental que el hombre discipline su voluntad, "se acostumbre a desear el bien, a practicar la justicia, a amar la justicia. Es decir que la voluntad se vaya rectificando para el uso plenamente humano de la libertad".
Asimismo, añadió, es importante "que la inteligencia busque la verdad, que se apaciente de la verdad y que se adiestre para profundizar el conocimiento de la realidad con hábitos rigurosos de pensamiento".
Mons. Aguer advirtió que "la propaganda no es hoy día el cine, la radio, la televisión solamente, sino una opinión que se va generalizando cada vez más de acuerdo a esos criterios que he señalado al comienzo, que jalonan el camino de una creciente deshumanización".