El Presidente de la Comisión Episcopal de Vida y Familia del Episcopado peruano, Mons. José Antonio Eguren, destacó la necesiad de coordinar las estrategias pro-vida en América Latina con España, Estados Unidos y Canadá.
Así lo indicó en su intervención en el encuentro de obispos responsables de la pastoral de vida y familia de América Latina y el Caribe que se desarrolla en Bogotá (Colombia) hasta el 1 de abril
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El también Arzobispo de Piura y Tumbes (norte del Perú) dijo que España, Estados Unidos y Canadá deben estar presentes en futuras reuniones "no sólo porque en esos países se elaboran y vienen los principales ataques contra la familia y la vida en América Latina y el Caribe, sino porque podemos ayudarnos mutuamente en esfuerzos, estrategias y programas a favor de la familia y la vida".
Mons. Eguren se refirió también a la necesidad de hacer apostolado a los políticos y capacitarlos para que su actividad se desarrolle desde su fe "ya que la gran mayoría de ellos se profesan católicos pero desconocen las implicancias de su fe en estos temas tan vitales".
"Desconocen la enseñanza y el magisterio de la Iglesia en estos importantes temas de la defensa de la vida. Ignoran además los grandes intereses que hay detrás de las campañas por desestructurar a la familia, que se basan en la anticoncepción y el aborto", advirtió.
El Arzobispo también alentó a formar "a nuestros sacerdotes y seminaristas en la pastoral familia y en los temas de defensa de la vida".
Asimismo propuso aprovechar la Misión Continental, fruto de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe de 2007, "para organizar una gran cadena de oración por la familia y la vida" en la región.
El Prelado dijo que "la oración tiene que ser nuestro primer y principal recurso en la lucha por la familia y por la vida, ya que es enorme la desproporción entre los medios numerosos y poderosos con que cuentan quienes trabajan al servicio de la cultura de la muerte".
"Nosotros sabemos que podemos confiar en la ayuda de Dios para quien nada es imposible. Así como David derrotó a Goliat poniendo su confianza en Dios y cooperando activamente con la gracia, así nosotros haremos que la causa por la familia y la vida logre la victoria".
"No hay que olvidar –advirtió finalmente– que el demonio y nosotros muchas veces comentemos el mismo error: subestimamos el poder de la oración".