El Papa Benedicto XVI hizo un llamado, al recibir a un grupo de autoridades italianas, a sostener a las familias con políticas orgánicas y velas por las mujeres embarazadas.
Como parte del tradicional intercambio de felicitaciones por el nuevo año, el Santo Padre recibió este viernes a la presidenta de la Junta Regional del Lacio, Renata Polverini; al alcalde de Roma, Gianni Alemanno; y al presidente de la provincia de Roma, Nicola Zingaretti, acompañados por sus colaboradores.
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En el encuentro, el Papa recordó que la familia es la "célula originaria de la sociedad, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer" y que en ella "los hijos aprenden los valores humanos y cristianos que permiten una convivencia constructiva y pacífica. Se aprende la solidaridad entre las generaciones, el respeto de las reglas, el perdón y la aceptación de los demás".
"La aprobación de formas de unión que distorsionan la esencia y el fin de la familia, penaliza a quienes, no sin dificultades, se comprometen a vivir lazos afectivos estables, garantizados jurídicamente y reconocidos públicamente. En esta perspectiva, la Iglesia ve con buenos ojos todas las iniciativas que tienen como objetivo educar a los jóvenes a vivir el amor en la lógica del don de sí, con una visión alta y oblativa de la sexualidad".
"Para ello es necesaria una convergencia educativa entre los diferentes componentes de la sociedad, porque el amor humano no se reduzca a un objeto para consumir, sino que sea percibido y vivido como una experiencia fundamental que da sentido a la existencia".
Benedicto XVI también se refirió a las parejas que desean tener más hijos, "pero que se ven obligadas a esperar". Dijo que se debe "apoyar concretamente la maternidad, así como garantizar a las mujeres que ejercen una profesión la posibilidad de conciliar familia y trabajo".
"Como la apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo, el elevado número de abortos que se practican en nuestra región no nos puede dejar indiferentes. La comunidad cristiana, a través de numerosas ‘Casas familia’, los ‘Centros de ayuda a la vida’ y otras iniciativas similares, se comprometen a acompañar y a apoyar a las mujeres que tienen dificultades para acoger una nueva vida. Que las instituciones públicas ofrezcan su apoyo para que los consultorios familiares puedan ayudar a las mujeres a superar las causas que pueden llevar a interrumpir el embarazo".
El Santo Padre dijo que "el envejecimiento de la población plantea nuevos problemas" y que aunque muchos ancianos cuentan con el apoyo y la cercanía de sus familias, "aumenta el número de los que están solos y que necesitan atención médica".
Benedicto XVI expresó su alegría por "la sinergia con las grandes realidades sanitarias católicas, como por ejemplo, en el campo de la infancia, entre el Hospital ‘Bambin Gesù’ y las instituciones públicas", y auspició que esas estructuras "puedan seguir colaborando con las autoridades locales para garantizar su servicio a quienes lo soliciten, renovando la invitación a promover una cultura que respete la vida hasta su fin natural".
Benedicto XVI destacó la ayuda de las parroquias de Roma a las familias que enfrentan problemas por la crisis económica. También pidió "promover políticas de empleo que puedan garantizar un trabajo y un apoyo digno (a los jóvenes), requisito indispensable para formar nuevas familias".