En un documento dado a conocer este viernes, la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar del Episcopado mexicano rechazó enérgicamente la decisión de las autoridades de incluir la “anticoncepción hormonal postcoital” –conocida como “contracepción de emergencia”- en la nueva norma oficial de los servicios de la “planificación familiar”.
Los obispos denuncian que la peligrosa combinación de hormonas puede actuar “impidiendo la implantación de un óvulo ya fecundado o embrión en la pared del útero, con lo cual se produce un aborto y se impide que el embrión pueda continuar su desarrollo”.
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Además, el comunicado advierte sobre el riesgo que se cierne sobre la salud de las adolescentes, pues “la literatura especializada reporta contraindicaciones y efectos secundarios que no están contemplados en esta Norma”.
Los obispos insisten en que la “anticoncepción hormonal postcoital” “es claramente abortivo, en cuanto que elimina directa y voluntariamente la vida de un ser humano recién concebido”; y recuerdan que “el aborto es un acto gravemente ilícito por cualquier método que se realice”.
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