Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) entregaron esta mañana al Presidente de la República una solicitud de indulto, en el marco de la justicia, para beneficiar a personas en prisión que hayan tenido buena conducta en los recintos carcelarios, y no constituyan un peligro para la sociedad, con motivo de la celebración del Bicentenario de la independencia nacional.
Según informa la oficina de comunicaciones y prensa de la CECh, a la cita con el mandatario asistieron Mons. Alejandro Goic, Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal, y el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo de Santiago.
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En una declaración a la prensa firmada por Mons. Goic se señala que el pedido de indulto "lo hacemos en la antesala del Bicentenario de la Patria, en el marco de una tradición religiosa, con fundamentos bíblicos incluso anteriores al cristianismo, de invocar gestos de clemencia con ocasión de grandes conmemoraciones".
"Nuestra petición no anula ni contradice el imperio de la Ley y la Justicia, sino que lo supone y lo exige. Es decir, velando por el imperio de la justicia –nada más injusto que la impunidad– y salvaguardando el pleno imperio de los derechos humanos en materia de crímenes de lesa humanidad, creemos que se pueden dar pasos de clemencia, actuando en el marco del estado de Derecho, del ordenamiento constitucional y de los tratados internacionales vigentes".
Tras reconocer que la solicitud, incluso antes de conocerse su contenido, "ha concitado opiniones diversas de actores sociales y políticos", los obispos piden respeto a la propuesta y recuerdan que "nuestro planteamiento no busca reabrir las graves heridas de ayer ni tampoco pretende que ellas se cierren por decreto".
"Simplemente presentamos a las autoridades de la Nación la realidad de dolor que viven personas privadas de libertad, que han sido juzgadas y han cumplido gran parte de sus condenas y que también forman parte de esta ‘Mesa para todos’ que quiere ser nuestra patria. Para ellas pedimos, en este Bicentenario, un gesto de clemencia, como lo hemos hecho en el pasado con otras situaciones de gran dolor humano".
La solicitud
El texto de la solicitud de indulto titulado "Chile, una Mesa para todos en el Bicentenario" está dividido en cuatro puntos en los que se expone las razones y los objetivos del pedido que podrían resumirse en el respeto a los derechos humanos y el trabajo por la reconciliación en el país.
"Al presentar esta petición no ha sido nuestro ánimo poner al Gobierno de Chile, ni al actual ni al anterior, en una situación de incomodidad ante la realidad de las personas recluidas y de las víctimas", indica el texto.
Seguidamente el pedido de indulto precisa que los beneficios se concedan "a los condenados por sentencia ejecutoriada –con las restricciones que la autoridad competente considere prudente establecer como, por ejemplo, delitos de sangre–, que en los últimos años hayan tenido buena conducta en los recintos carcelarios, y no constituyen un peligro para la sociedad".
Entre estos beneficios proponen los siguientes: que "puedan ver reducidas parcialmente sus penas privativas o restrictivas de libertad. b. Además de lo señalado, que se conceda una reducción adicional a quienes tengan más de 70 años de edad. c. Igualmente, que a las mujeres que tengan uno o más hijos menores de 18 años se les conceda también una reducción adicional. d. Que a las personas condenadas privadas de libertad que padezcan alguna enfermedad invalidante, grave e irrecuperable, se les conmute su pena por otra, que no deba cumplir en las condiciones más aflictivas de la cárcel. e. Que a los enfermos terminales, debidamente comprobados por la instancia competente, se les condone el saldo de las penas que les resten por cumplir".
El texto también contiene otros pedidos como el mejoramiento de las condiciones de los reclusos y la revisión de la legislación referente a las penas para los condenados a prisión.
Un punto aparte considera a quienes "cumplen penas por delitos contra los derechos humanos cometidos durante el Régimen Militar. Es un tema que debemos poner sobre la ‘mesa de todos’ para conversarlo con la seriedad que corresponde, especialmente en el Parlamento de la República. No olvidemos que no todos ellos tuvieron igual responsabilidad en los crímenes que se cometieron. A nuestro parecer no cabe ni un indulto generalizado ni un rechazo general del indulto para todo ex uniformado condenado. La reflexión debe distinguir, por ejemplo, el grado de responsabilidad que le cupo a cada uno, el grado de libertad con que actuó, los gestos de humanidad que tuvo y el arrepentimiento que ha manifestado por sus delitos".
Más información: www.iglesia.cl