Christine de Marcellus de Vollmer, Presidenta de Alliance for the Family (AFF), denunció la campaña mediática de las feministas que impulsan su agenda de despenalización del aborto con dramáticos casos de niñas embarazadas, como los de Recife en Brasil; y Quintana Roo en México. Ante esta andanada, la lideresa exigió a los políticos y demás agentes involucrados proteger adecuadamente y ser solidarios con estas pequeñas y sus hijos no nacidos. No se debe abortarlos, explicó.
En declaraciones a ACI Prensa la lideresa pro-vida se refiere a dos casos concretos: uno de una niña de 10 años violada en Recife, Brasil; y otro semejante en Quintana Roo, uno de los 18 estados de México en donde se ha blindado la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Casos, además, manipulados a su antojo por las feministas que no dan a conocer toda la información al respecto.
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Christine de Vollmer explica la necesidad de "alzar fuerte la voz para que muchos no sean presa de esta información mal intencionada. Estamos, evidentemente, en medio de una campaña para legalizar el ‘aborto terapéutico’ para casos en los que está en riesgo ‘la vida de la madre’. Sabemos que este paso significa siempre la legalización de todos los abortos".
La Presidente de AFF denuncia luego que "las niñas no son la prioridad en la preocupación de los promotores de esta campaña. Es evidente que su prioridad es la legalización del aborto. Un signo claro de esa prioridad abortista son los lugares de las denuncias. En todo América Latina existen niñas abusadas como en Quintana Roo o en Recife. Pero precisamente esos son lugares que han sido recientemente escenarios de promoción del aborto legal y sus promotores quieren abrirse paso, utilizando estos casos extremos".
Para de Vollmer, es necesario explicar bien las cosas para hacer frente a dos falacias que estos lobbies abortistas y feministas que están apoyados por "los medios de comunicación (incluso algunos medios católicos)".
La primera tiene que ver con el término "violación": "Nosotros aquí en América Latina sabemos muy bien que no se trata de violación sino se trata de algo peor y más frecuente –y que tal vez no se quiere afrontar–: una trágica promiscuidad: todos en la misma casita de una sola habitación y con una sola cama. Y allí por supuesto suceden toda clase de cosas, lamentablemente incluyendo a los niños. A medida que los cuerpos de estas niñitas son estimulados, empiezan a ovular y en algún momento se embarazan. No se trata de ‘violación’. De hecho, es algo mucho peor y más endémico".
La segunda falacia de las feministas es la de los "padrastros": "No lo son. Se trata simplemente de hombres que viven en la casa con la madre y también con las hijas. Muchas veces circunstancialmente y sin ningún compromiso serio de por medio", subraya.
De Vollmer dijo también a ACI Prensa que "es necesario mirar toda la realidad social del abuso a tantas niñitas. No se debe caer en la ‘falsa compasión’ y razonamiento reductivo de los promotores del aborto. Ellos pretenden que nos fijemos en la niñita solamente cuando ya está embarazada, para darle lo que ellos venden: el aborto".
"Una mirada más objetiva, más comprometida, más solidaria sería prevenir o corregir a tiempo las muy frecuentes situaciones de promiscuidad y peligro de tantas niñitas expuestas a unos abusadores mal llamados ‘padrastros’", agrega.
El problema, asegura De Vollmer, "existe no solamente en Quintana Roo y en Recife. Estos abusos no se solucionarán con la legalización del aborto sino al contrario se perpetuarán porque entre otras cosas les quita las consecuencias visibles".
Para la presidenta de AFF, "el sufrimiento de estas niñas y sus bebés por nacer son un llamado a la solidaridad. Ellas necesitan atención especial, psicológica y médica, quizás la posibilidad de adopción para esos niños por nacer".
"Tenemos que exponer esto y al mismo tiempo, dejar en claro que estas condiciones deberían ser tratadas por los políticos y la Iglesia, no simplemente prestar atención cuando la niñita se embaraza", resalta.
La lideresa pro-vida comenta finalmente que "los políticos no deberían rasgarse las vestiduras por los embarazos, cuando se hacen de la vista gorda de los abusos cotidianos. Si ellos no hacen nada para detener los abusos, estos no tienen otra forma de terminar sino en embarazos".
"Enfáticamente: no se trata de ‘una opinión médica’ ni de ‘un caso médico’, es un tema eminentemente social y de humanidad y la humanidad no se salva matando al más débil", concluye de Vollmer.