En una nueva maniobra para presionar a las autoridades de Nicaragua para imponer la legalización del aborto en este país, grupos feministas presentan el dramático caso de una mujer embarazada y con cáncer, arguyendo falsamente que la única posibilidad de tratamiento de "Amelia", nombre ficticio que le han dado, es que sea sometida a esta práctica anti-vida.
Como en otras oportunidades, las feministas no han dado mayor información sobre "Amelia", solo presentan el mal llamado aborto "terapéutico" como única salida y no permiten tener acceso a ella. Estos abortistas han enviado diversas cartas al Director del Hospital Escuela Óscar Danilo Rosales en León –donde se encuentra la mujer–, al Ministro de Salud, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al mismo Presidente de la República exigiendo la legalización del aborto en Nicaragua, en donde todo tipo de aborto es ilegal.
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Los abortistas están liderados por Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, (CENIDH), el doctor Óscar Flores Vigil, Presidente de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia, Marta María Blandón y otros miembros del autodenominado "Grupo Estratégico por la Despenalización del aborto".
Según Carlos Polo, Director de la Oficina para América Latina del PRI, este es otro caso "fabricado" en base a una estrategia digitada desde Nueva York por el Center for Reproductive Rights. "Es evidente para quien haga un seguimiento de este tipo de casos presentados por los grupos abortistas en los últimos años que la ‘urgencia’ coincide perfectamente con la agenda política del aborto legal y toca tangencialmente asuntos como en este caso sería el tratamiento del cáncer de ‘Amelia’", explica.
Seguidamente Polo resalta que "ya existen ofrecimientos de ayuda para ‘Amelia’ pero las feministas la mantienen aislada".
Carlos Polo advierte luego que "es sintomático que no hayan dado muchos dados sobre la historia clínica de Amelia. Solamente han difundido una versión donde la única posibilidad de salvarle la vida pasa por practicarle un aborto".
El director del PRI para América Latina asegura que "la ciencia médica honesta opina distinto. Up to Date (www.uptodate.com) es un servicio on line de información médica muy conocido y la información que ofrecen sobre el tratamiento de cáncer de ovario en una mujer gestante puede resumirse así: En la mayoría de casos de cánceres de mujeres embarazadas es posible tratar a la madre embarazada sin poner en riesgo serio al bebé. Es raro que haya necesidad de extraer la matriz para reducir el cáncer si la cirugía se realiza durante el embarazo. Y finalmente, terminar temprano el embarazo no mejora la prognosis (pronóstico) del cáncer del ovario. Se señala que un cáncer de ovario se puede curar con quimioterapia aún en los casos donde se presente metástasis".
Contribuyendo a clarificar la confusión generada por las feministas abortistas con la manipulación del caso de "Amelia", la Asociación Médica Nicaragüense dio a conocer un comunicado en el que señala que "está demostrado científicamente que en casos de cáncer ginecológico el embarazo no influye ni en la progresión ni en la expansión de los tumores. Según el estadío clínico del cáncer, en Nicaragua existen diversas opciones de tratamientos".
Ante la situación mediática que ha suscitado el caso ‘Amelia’ no encuentra ninguna justificación para que sea sometida a un aborto directo provocado. El aborto no la va a curar de su cáncer ni de sus metástasis, añade.
Polo cuestiona si "¿será acaso coincidencia que todos los actores alrededor de ‘Amelia’ confluyan en el mismo punto: ‘un aborto salvará la vida de una mujer’? ¿Precisamente en Nicaragua? Habría que darle mucha cabida a la ingenuidad y una buena dosis de amnesia".
Seguidamente Carlos Polo recuerda que hace dos años y medio en Nicaragua se desenmascaró a los abortistas que están manipulando este caso, "entre ellos a la señora Marta María Blandón, en una situación muy similar: ‘Rosita’ fue violada por su padrastro y no por el costarricense a quien las feministas culparon. El padrastro quien se regodeó por años publicitando la necesidad del aborto para Rosita, la había embarazado de nuevo y cuando las dirigentes feministas lo supieron decidieron ocultarlo".
"Las autoridades tuvieron que literalmente arrebatar a ‘Rosita’ de las manos de sus supuestas ‘defensoras’ que la mantenían incomunicada", agrega.
Finalmente, Polo destaca que el "PRI realiza un seguimiento a esta estrategia de fabricación de ‘casos’ donde se utiliza la miseria de mujeres pobres latinoamericanas en función de objetivos políticos de una ONG neoyorquina. El lema del PRI es ‘poner a las personas en primer lugar’ y rechazamos la manipulación del sufrimiento humano en el caso ‘Amelia’ y similares".