El diario El Mercurio de Chile reveló este fin de semana el auténtico rostro de la beata Laura Vicuña, representada hasta ahora con rasgos europeos que, tras una larga investigación, resultan no responder a su verdadero aspecto.
En el amplio artículo firmado por el periodista Gustavo Villavicencio se señala que las salesianas argentinas – Laurita nació en Chile, pero vivió y murió en Argentina- ya tenían sospechas de que la imagen divulgada de la joven beata, fallecida apenas a los 12 años, podía no ser la verdadera; especialmente tras la publicación del libro "Conocimiento de Laura Vicuña" (1990), del padre Ciro Brugna.
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En sus páginas aparece una fotografía de un grupo de alumnas del Colegio María Auxiliadora, de Junín de los Andes (Argentina), en la que aparece la beata con rasgos distintos a los delineados por un artista italiano.
"Nosotras sabíamos que esta imagen nunca había tenido repercusión; es por eso que las salesianas argentinas y chilenas, a principios del año pasado, encargamos un estudio a Carabineros de Chile, que comprobó científicamente el rostro verdadero de la beata. Nunca nos cuadró la niña con zapatos de charol y cuidadoso peinado, con la imagen de niña patagónica de aquel entonces", señala la hermana Elda Scalco, directora del Centro de Espiritualidad Salesiana de Junín de los Andes.
La investigación, de carácter secreto, demoró más de un año desde que se enviaron las pruebas de Argentina hasta que los Carabineros de Chile proporcionaron el informe final a las religiosas trasandinas.
En el informe pericial de Carabineros que determinó que el rostro actual de la beata Laura Vicuña no es el que se conocía participaron María Benavente Aninat (antropóloga forense y asesora criminalística), Gonzalo Garín Brito (dibujante retratista), Víctor Olavarría Sepúlveda (jefe del Laboratorio de Propiedad Intelectual) y Gustavo Darcha Andrade (jefe del Departamento Criminalístico).
Las salesianas señalan que la imagen que hasta ahora se tenía de Laura Vicuña no fue producto de una "conspiración", sino de la descripción proporcionada décadas atrás por la hermana de la beata.
Además, Sor Piai, directora del Colegio María Auxiliadora en la época en que estudió Laurita Vicuña, a principios del siglo XX, la describió así: "Laura tenía cara redonda, cutis blanco, rostro siempre rosado, ojos grandes hermosos y más bien oscuros, mirada inteligente e ingenua; modesta, sonrisa habitual, aun en los sufrimientos. Lloraba y reía al mismo tiempo, la pose de la cabeza un poco inclinada hacia la derecha".
La Superiora provincial de las Hijas de María Auxiliadora en Chile, Sor Aurelia Rossi, señaló a El Mercurio que la imagen que hasta ahora se conocía "no fue un invento de las hermanas chilenas, argentinas o italianas"; y explicó que "si éste es el verdadero rostro de Laura Vicuña, ¿Por qué no proclamarlo?"
Uno de los principales estudiosos de la beata, el P. Pedro de la Noi, señaló por su parte a El Mercurio que "es excelente que se haya hecho público el verdadero rostro de Laura Vicuña. Primero, para acceder a la verdad, y segundo, por ayudar a valorar que la beata es una niñita y no una señorita".
"La verdadera Laura Vicuña es más cercana, se va a valorar más el acento de niñita latinoamericana", dijo el P. De la Noi, al comentar los rasgos claramente patagónicos de la fotografía finalmente identificada como la de la beata.
Por su parte, como salesiano y devoto de Laurita, el Arzobispo de Concepción, Mons. Ricardo Ezzati señaló al diario "La Segunda" que en la foto "se ve una niña muy simpática. Se ha hecho un buen trabajo, pues la investigación científica ayuda a encontrar rasgos y datos que nos acercan a esa persona, en este caso a la vida de una niña santa".
Laurita Vicuña murió el 22 de enero de 1904 y el 3 de septiembre de 1988 Juan Pablo II la declaró Beata.
Su causa de canonización sigue en curso, ya que actualmente se encuentran en investigación dos posibles milagros atribuidos a su intercesión; uno en Chile, el otro en Argentina.