Mediante un enérgico comunicado, Mons. Nicolás Cotugno, Arzobispo de Montevideo y Presidente de la Comisión para la Familia de la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU), advirtió la aprobación de una ley que permitiría a parejas homosexuales adoptar niños puede tener graves consecuencias para la sociedad, y especialmente para los menores.
"El tema de la adopción de niños por parte de uniones homosexuales no es un tema de religión, de filosofía o de sociología. Es algo que refiere esencialmente al respeto de la misma naturaleza humana", dice el Prelado en el comunicado; y agrega que "aceptar la adopción de niños por parejas homosexuales es ir contra la misma naturaleza humana, y consiguientemente es ir contra los derechos fundamentales del ser humano en cuanto persona".
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En el documento, el Obispo recuerda la doctrina de la Iglesia, expresada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el año 2003, donde se recuerda que "reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad".
Mons. Cotugno recuerda además que "no se respeta el interés superior del niño cuando lo que se prioriza es el interés del que adopta, pues en estos casos se ‘instrumentaliza’ o ‘cosifica’ al niño en función del deseo o el querer de otros y no se atiende realmente lo que éste necesita".
"En definitiva –agrega–, los niños no pueden ser utilizados como instrumento para la reivindicación de derechos de unas personas, de un grupo; ni la adopción es una institución que pueda regirse por criterios de conveniencia política. Además, realmente se les discrimina causándoles serios daños, ya que pueden ser adoptados por padres naturales".
El Arzobispo propone "preocuparnos por una ley de adopción que agilice los trámites de adopción por padres naturales", ya que existen "muchas parejas naturales que estarían en condiciones de adoptar y es por este lado, entre otros, por donde debe y puede venir la solución. Los niños no necesitan sólo alimento y cariño, sino y especialmente, formación y proyección como personas en una familia natural".
"Quienes libremente optaron por una vida de relación homosexual –recuerda además el comunicado– asumieron tener un estilo de vida ajeno a la procreación y al poder ser padres. Quien desecha la causa no puede pretender el efecto natural de la misma. No obstante, aceptar la adopción de niños por parejas homosexuales, otorgaría a quienes decidieron por su estilo de vida no ser padres el derecho de serlo, priorizando así sus intereses a los de los niños. Y esto no es admisible desde ningún punto de vista".
El Prelado aclara que "este cuestionamiento no está referido a los homosexuales como personas, quienes como tales merecen el máximo respeto".
"Los niños son las personas más vulnerables, son los más pobres y necesitados de nuestra sociedad, dignos de cuidados y protecciones especiales. Es deber de la familia humana y de la misma sociedad, defenderlos y promoverlos en sintonía con sus derechos fundamentales y en armonía con las exigencias propias de la naturaleza humana", concluye.