A pesar de la lluvia, miles de fieles y peregrinos se dieron cita este mediodía en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración mariana recordó la importancia de los ángeles en la historia de la salvación e invitó a todos a pedir su intercesión para poder servir mejor a Cristo.
“Jesús, que no ha pecado ni puede pecar, se pone a prueba y es por ello que puede compadecer nuestra enfermedad”, dijo el Papa meditando el Evangelio de hoy, recordando que “en el desierto, lugar de la prueba, como nos muestra la experiencia del pueblo de Israel, se muestra con vivo drama la realidad de la kenosi, de aquel despojamiento de Cristo de la forma de Dios”.
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Asimismo, el Papa resaltó que frente a la figura de Satanás, “el adversario que desde el principio se ha opuesto al designio salvador de Dios para los hombres”, están los ángeles, “figuras luminosas y misteriosas” que según el Evangelio “sirven a Jesús”.
“La presencia aseguradora del ángel del Señor –prosiguió el Papa– acompaña al pueblo de Israel en todas sus vicisitudes. Gabriel es enviado a anunciar a Zacarías y a María aquellos hermosos eventos que están al inicio de nuestra salvación; y un ángel advierte a José y lo orienta en el momento de la incertidumbre”.
El Santo Padre enfatizó también que “un coro de ángeles lleva a los pastores la buena noticia del nacimiento del Salvador; y serán ángeles quienes anuncien a las mujeres la gozosa noticia de la resurrección”.
“Los ángeles –continuó el Papa– sirven a Jesús, quien ciertamente es superior a ellos; y esta dignidad de Jesús es proclamada en modo claro en el Evangelio, pues incluso en una situación de extrema pobreza y humildad, como cuando es tentado por Satanás, permanece cual Hijo de Dios, cual Mesías, como el Señor”.
Finalmente el Pontífice exhortó a los presentes a invocar con frecuencia a los ángeles “para que nos sostengan en el empeño por seguir a Jesús hasta identificarnos con Él. Pidámosles, particularmente el día de hoy, que velen por mí y por los colaboradores de la Curia Roma que esta tarde, como inicio del año, iniciaremos la semana de los Ejercicios espirituales”.
A continuación el Papa rezó el Ángelus, saludó en diversos idiomas a los presentes, e impartió su Bendición Apostólica.