El Presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Cardenal Antonio María Rouco Varela, consideró necesario cultivar el espíritu de reconciliación entre los españoles ante el riesgo de que se quiebre la convivencia y abogó por una renovada solidaridad que permita a la sociedad enfrentar la crisis económica.
En el discurso que pronunció al inaugurar la Asamblea Plenaria de la CEE, el también Arzobispo de Madrid aseguró que "la Iglesia y los católicos vivimos, como es natural, las alegrías y las penas que confortan o que afligen a la sociedad en medio de la cual transcurren nuestras vidas".
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El Purpurado recordó que "la historia de España de los dos últimos siglos ha estado, por desgracia, jalonada por tensiones que más de una vez han desembocado en enfrentamientos fratricidas" y aunque "la actual situación internacional y nacional no es la misma", consideró "necesario vigilar para evitar de raíz actitudes, palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las confrontaciones que puedan acabar siendo violentas".
"Es necesario cultivar el espíritu de reconciliación, sacrificado y generoso, que presidió la vida social y política en los años llamados de la transición a la democracia. A veces es necesario saber olvidar. No por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y de perdón verdaderamente responsable y fuerte; una voluntad basada en los altos ideales de la paz que se alimenta de la justicia, de la libertad y ¿por qué no decirlo? del perdón y del amor fraterno", indicó.
"Es lo que puede llamarse una auténtica y sana purificación de la memoria. A los jóvenes hay que liberarlos, en cuanto sea posible, de los lastres del pasado, no cargándolos con viejas rencillas y rencores, sino ayudándoles a fortalecer la voluntad de plena concordia y de amistad, capaz de unir pacíficamente las personas, las familias y las comunidades que integran y conforman la España actual", precisó.
Asimismo, se manifestó sobre la crisis económica que afecta al país y al mundo; indicó que además de las causas técnicas de la crisis, "la economía está tejida también de relaciones humanas libremente decididas, ninguna situación económica puede ser entendida como fruto de leyes inexorables totalmente ajenas al comportamiento humano".
"En tiempos de crisis, como en tiempos de bonanza, es necesario prestar atención a las responsabilidades morales de los actores sociales, que, de uno u otro modo, somos todos", agregó.
El Cardenal Rouco pidió "reflexionar sobre los orígenes morales de la crisis, examinando si el relativismo moral no ha fomentado conductas no orientadas por criterios objetivos de servicio al bien común y al interés general; si la vida económica no se ha visto dominada por la avaricia de la ganancia rápida y desproporcionada a los bienes producidos; si el derroche y la ostentación, privada y pública, no han sido presentados con demasiada frecuencia como supuesta prueba de efectividad económica y social".
"Es hora de reflexionar también sobre las exigencias morales que la crisis nos impone, pensando en un futuro mejor. Se precisa un fortalecimiento de las personas como sujetos morales, capaces de orientar su vida y su conducta según el verdadero bien personal y social, que no puede confundirse nunca con los propios gustos o intereses".
"Cáritas y otras instituciones de caridad lo demuestran siempre y especialmente en estos momentos en los que se multiplican para atender necesidades perentorias. Es necesario reactivar la solidaridad que procede del amor", señaló.