El Servicio Andaluz de Salud (SAS), denegó la objeción de conciencia al ginecólogo Esteban Rodríguez Martín, quien recurrió a este derecho para no participar de las pruebas de diagnóstico prenatal (DPN), que si bien sirven para detectar anomalías en el feto, también son usadas para practicar la eugenesia con aquellos bebés que presentan taras más o menos graves.
Según informó Juan Molina Valdés, de la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia, el médico durante más de seis años fue exonerado de realizar o colaborar con los DPN en el Servicio de Ginecología del hospital del SAS donde laboraba, por causarle "un conflicto de conciencia".
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Sin embargo, tras cambios en la dirección del Servicio, fue instado a realizar algunas de estas pruebas. Sus repetidos intentos de arreglar la situación dentro del propio servicio fueron infructuosos: la presión a que fue sometido desembocó en una situación de estrés que le obligó a requerir asistencia facultativa, tras la cual se ordenó su baja médica, y plantear la objeción de conciencia, tanto a la Dirección del Hospital como al Colegio de Médicos.
La resolución que le denegó la objeción de conciencia ha sido recurrida por el médico y por el momento "un juez ha accedido cautelarmente a su pretensión, por considerar probado que esta situación afectó negativamente a su salud física y moral, y que su baja laboral, y el hecho de que hasta la fecha no se le hubiese requerido para integrarse en el equipo de diagnóstico prenatal, no habían supuesto ningún perjuicio para la atención de los pacientes de su Servicio".
Este caso ha generado la solidaridad de la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia y otras entidades defensoras de la Vida, como la Asociación Víctimas del Aborto y la Fundación Línea de Atención a la Mujer, que le están prestando su apoyo.
Juan Molina Valdés señaló que los problemas con el DPN aparecen cuando dejan de ser "un avanzado medio diagnóstico para convertirse en una práctica eugenésica". Indicó que el 94,5 por ciento de no nacidos con Síndrome de Down son abortados.
Además, añadió, el médico se ve presionado a recomendar el aborto de un niño con anomalías.
El doctor Rodríguez "no desea privar a nadie de ningún derecho, ni negarse al diagnóstico prenatal en general, ni a facilitar información ni a ningún otro cometido propio de su profesión, sino que se respete su derecho fundamental a la libertad de conciencia, que entiende violentado cuando se le obliga a la realización o cooperación en actos médicos contrarios a su conciencia y sus compromisos deontológicos", indicó Molina Valdés.