Una oficial de estado civil británica, Lillian Ladele, solicitó al tribunal de trabajo de Londres estar exonerada de realizar celebraciones de "matrimonios" civiles homosexuales, amparándose en la objeción de conciencia.
Ladele, una cristiana que ha trabajado en el barrio londinense de Islington durante 16 años para las autoridades locales que quieren que ahora presida las uniones homosexuales, considera que éstas van en contra de su fe.
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"Mi conciencia cristiana me impide convertirme en parte activa en la formación de uniones civiles entre homosexuales. Con esto no quiero impedirlas pues muchos colegas puedan realizarlas", dijo Ladele al diario inglés The Tablet.
Hasta hace algunos meses, explica el diario, Lillian se ponía de acuerdo con sus compañeros de trabajo para evitar presidir uniones homosexuales.
Luego que el gobierno introdujera una ley que invalida la objeción de conciencia por razones religiosas, explica la agencia italiana SIR que recoge la noticia, esta práctica se volvió imposible. Por ello a Lillian le redujeron el estipendio y le impidieron celebrar prácticamente cualquier matrimonio.
Las uniones civiles entre homosexuales fueron introducidas en el Reino Unido en 2004 y equiparadas al matrimonio.