El Obispo de Palencia, Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, advirtió que la reciente intervención policial en varias clínicas abortistas de Barcelona donde se practicaban abortos ilegales hasta el octavo mes de gestación, ha confirmado que para los defensores del aborto el hombre es un simple animal.
"A la hora de responder a la pregunta sobre qué es el hombre, forzosamente tenemos que tomar una opción en nuestra respuesta: o bien, lo consideramos un ser meramente material, un simple animal –eso sí, más evolucionado que los demás–, o por el contrario, descubrimos en él un principio espiritual que lo hace esencialmente distinto de cualquier especie animal. No cabe duda de que los defensores del aborto se encontrarán en el primer grupo", advierte el Obispo en un artículo titulado "Angelitos para el cielo".
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"Lógicamente, afirmarán que ‘eso’ no es más que un trozo de carne, que no una persona. Llevando el problema del aborto hasta sus últimas consecuencias, se nos plantea la cuestión de la espiritualidad o materialidad del hombre. ¿Existe el alma humana?", agrega.
Según el Obispo, las noticias de Barcelona "han conmovido a una parte considerable de la opinión pública. Ciertamente, lo de la trituradora conectada a los desagües, la falsificación de las ecografías para encubrir los abortos de siete y ocho meses de gestación, etc., era ya demasiado sangrante como para pasarlo por alto. Sin embargo, en esta sociedad del impacto mediático, existe el riesgo de que el debate sobre el aborto se circunscriba al tamaño del feto o a las mafias clandestinas de esta ‘industria’. Parece como si la bondad o maldad del aborto, fuese a depender del acatamiento de unos determinados límites".
"La negación de la existencia del alma conlleva la dificultad de fundamentar la dignidad de la persona humana. ¿Por qué tiene el ser humano una dignidad que no tiene el animal? ¿Por qué no nos parece mal que en una granja se haga sufrir a un buey tirando de un carro y, sin embargo, sí nos parece mal que se utilice o se explote a una persona?", cuestiona.
Según Mons. Munilla, "fruto de la confusión que se crea al negar la espiritualidad del hombre, son toda una serie de actitudes absolutamente contradictorias: se trata al hombre como a un animal (como ocurre con el fenómeno abortista), mientras que a los animales se les trata como a seres humanos (peluquerías caninas, hoteles para mascotas, cementerios y crematorios para animales, etc.). Una inversión de valores, que tiene su raíz en la negación del alma inmortal humana".
"En estos días me ha venido a la memoria una anécdota que tenía casi olvidada: siendo seminarista, entré en el despacho de un compañero. Encima de la mesa tenía un retrato familiar. Me llamó la atención que, además de los padres rodeados de sus cinco hijos, en los laterales de la foto hubiese impresos dos angelitos: ¿Qué significan esos dos angelitos en vuestro retrato familiar?, le pregunté. Su respuesta me resultó impactante: ‘Es que nuestra madre tuvo dos abortos naturales, y siempre nos han inculcado que nosotros no somos cinco hermanos, sino siete’", concluye.