La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) dio a conocer hoy su posición oficial ante la reforma constitucional emprendida por el Gobierno de Hugo Chávez, que pretende convertir al país en un estado socialista.
En la exhortación titulada "Llamados a Vivir en Libertad", los prelados advierten que "el proyecto de Reforma vulnera los derechos fundamentales del sistema democrático y de la persona, poniendo en peligro la libertad y la convivencia social, la consideramos moralmente inaceptable a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia".
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Al sintetizar su posición sobre el proyecto de Reforma, los obispos señalan que "debido a la radicalidad y profundidad de los cambios introducidos en la estructura del Estado, va más allá de una Reforma"; recuerdan que "la proposición de un ‘Estado Socialista’ es contraria a principios fundamentales de la actual Constitución, y a una recta concepción de la persona y del Estado"; y lamentan que la propuesta de Reforma excluye "a sectores políticos y sociales del país, que no estén de acuerdo con el Estado Socialista, restringe las libertades y representa un retroceso en la progresividad de los derechos humanos".
Según el documento, uno de los puntos centrales de la reforma es que Venezuela pase de Estado democrático y social, de derecho y de justicia a ser un Estado socialista lo que consideran "verdaderamente grave porque modificaría la estructura fundamental del Estado democrático".
"En este modelo socialista propuesto, el Estado y el gobierno estarían dirigidos por un Presidente que puede ser reelecto continuamente, con un poder amplísimo que le permitiría disponer de las instituciones, propiedades y recursos. Un modelo de Estado socialista, marxista, leninista, estatista es contrario al pensamiento del Libertador Simón Bolívar y también es contrario a la naturaleza personal del ser humano y a la visión cristiana del hombre porque establece el dominio absoluto del Estado sobre la persona", indica el texto.
Asimismo, recuerda que experiencias de otros países demuestran que en tal sistema, el Estado y el gobierno se convierten en opresores de la persona y de la sociedad, coartan la libertad personal y la expresión religiosa y causan un profundo deterioro de la economía, produciendo una pobreza generalizada.
"En ese escenario se establecería una discriminación con quienes no participen de la ideología socialista, se reducirían los derechos políticos de muchos venezolanos. La implantación de un Estado socialista implica el cese de pluralismo y libertad política de los ciudadanos", sostiene el documento.
Los obispos recordaron que en diversas ocasiones han manifestado "que la solución al drama de la pobreza, de las injusticias sociales y las hirientes desigualdades no están en el capitalismo salvaje ni en el socialismo marxista, sino en la práctica de la justicia social y de una efectiva caridad".
"En el campo de los derechos humanos y constitucionales, algunas disposiciones representan una patente involución, como es el caso de los artículos 337,338 y 339 sobre la reforma, como por ejemplo los estados de excepción que suspenden el derecho al debido proceso y a la información", agrega el texto.
Asimismo, critica que el nuevo poder del Estado, el Poder Popular, "no nace del sufragio, ni de elecciones, y su promoción, organización y registro es competencia del poder nacional, se vulnera de este modo la libertad de organización, poniéndola en manos del Estado, esto también quebranta el carácter democrático y electivo de todos los niveles de gobierno, previstos en el artículo".
"Además ya el pueblo es sujeto del poder y lo que necesita es tener el pleno ejercicio de sus derechos y libertades y que le presten servicios eficientes quienes han sido electos para esas funciones", aclara.
También advierte que "algunos artículos condicionan la participación del pueblo y la actividad de los ciudadanos a la sola construcción del socialismo y de la economía socialista, esto limita la libertad de los venezolanos, se incrementa excesivamente el poder del Estado, se elimina la descentralización y el gobierno controla muchísimos espacios".
Los obispos señalan que "el debate sobre la Reforma, no puede considerarse como un simple conflicto entre ‘oficialismo y oposición’, entre ‘ricos y pobres’. Es algo que concierne al futuro de todo el pueblo venezolano. Y en este debate, nadie debe discriminar, ni excluir, ni ofender a quienes sustenten una opinión contraria a la suya".
El documento completo puede leerse en http://www.cev.org.ve/noticias_det.php?id=266