Por sexto año consecutivo, el Gobierno de Estados Unidos recortó su financiamiento al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), para evitar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses sea empleado en la promoción de abortos y esterilizaciones forzosas en diversos países del mundo.
El director de comunicaciones del Population Research Institute (PRI), Colin Mason, informó que el Presidente George W. Bush invocó la enmienda Kemp-Kasten y retuvo 34 millones de dólares de financiamiento para el grupo.
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Mason saludó la decisión de Bush y recordó que su organización jugó un papel importante en este desenlace pues envió equipos de investigadores a China, Perú, Vietnam y Pakistán entre 1998 y 2002 para analizar las actividades de la UNFPA y descubrió que esta entidad estaba muy involucrada en programas de abortos y esterilizaciones forzosas.
"En reacción a nuestros descubrimientos, en el año 2001 el Presidente Bush decidió recortar 34 millones del presupuesto destinado a la UNFPA, dinero que habría contribuido directamente a sus cuentas de planificación familiar forzosa", indicó Mason.