Al arribar esta mañana a la capital austriaca, Viena, en el inicio de su séptimo viaje fuera de Italia de su pontificado con ocasión de la celebración de los 850 años del famoso Santuario de Mariazell, “el corazón materno de Austria”, el Papa Benedicto XVI destacó que lo emprende “como un viaje realizado en compañía de todos los peregrinos de nuestro tiempo”.
Tras aterrizar en el aeropuerto internacional de Viena/Schwechat a las 11.15 (hora local), en medio de una fuerte lluvia que no había dejado de caer en las últimas 48 horas, el Santo Padre fue recibido en la escalera del avión por el Presidente de la República de Austria, Heinz Fischer, y recibió el saludo del Arzobispo de Viena, Cardenal Christoph Schönborn.
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Después de ser conducido a un hangar del aeropuerto para que, una vez protegido de la lluvia, pudiera saludar a la comitiva que lo recibió integrada por autoridades políticas, civiles y religiosas y un grupo de niños, el Santo Padre señaló en un breve discurso que “la cultura de este país está esencialmente embebida por el mensaje de Jesucristo y por la acción que la Iglesia ha desarrollado en su nombre".
Al recordar que el motivo del viaje a Austria, el primero que realiza a este país, era la celebración del 850 aniversario del santuario de Mariazell, el Pontífice indicó que aquel “representa en cierto modo el corazón materno de Austria y posee desde siempre una particular importancia también para los húngaros y para los pueblos eslavos”.
“Es símbolo de una apertura que no solo supera fronteras geográficas y nacionales, sino que en la persona de María nos recuerda una dimensión esencial del ser humano: la capacidad de abrirse a la Palabra de Dios y a su verdad", agregó.
Con todos los peregrinos de nuestro tiempo
"Con esta perspectiva –dijo–, durante los tres próximos días deseo realizar aquí en Austria mi peregrinación a Mariazell", que es "como un viaje realizado en compañía de todos los peregrinos de nuestro tiempo. Mariazell representa no solo una historia de 850 años, sino que, según la experiencia de la historia, también indica el camino hacia el futuro".
Benedicto XVI señaló que en la Misa de mañana, fiesta de la Natividad de la Virgen, Patrona de Mariazell, "nos reuniremos, según la indicación de María, junto a Cristo que viene en medio de nosotros. Le pediremos que nos ayude a contemplarlo cada vez con mayor claridad, reconocerlo en nuestros hermanos, servirlo en ellos e ir con Él hacia el Padre".
Más adelante, el Papa subrayó que "peregrinación no solo significa camino hacia un santuario. También es fundamental el camino de regreso a lo cotidiano. Nuestra vida cotidiana comienza cada semana con el domingo".
Tras afirmar que el domingo 9 por la mañana presidirá la Misa en la Catedral de San Esteban, dijo: "Sé que en Austria muchas personas dedican el domingo, día de descanso, y el tiempo libre de los otros días de la semana, al servicio de los demás. También un compromiso como este, ofrecido con generosidad y desinteresadamente por el bien y la salvación de los demás, caracteriza la peregrinación de nuestra vida".
Para saber más del viaje del Papa a Austria, ingrese a: http://www.aciprensa.com/benedictoxvi/viajes/austria07/index.html