El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, señaló que el Espíritu Santo que el Señor promete antes de irse, libra a la Iglesia “de la suficiencia del propio conocimiento que la lleva a la gnosis” y la envía a evangelizar.
El Purpurado argentino, que presidió la Misa con la que se inició este cuarto día de trabajos en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, explicó en su homilía que “cuando venga el Espíritu nos abrirá camino. El primer camino que nos abre es hacia el misterio”.
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“Nos va llevando a esa sapiencialidad cognoscitiva que destruye toda pretensión gnóstica de la Iglesia. Para que su pueblo, su Iglesia sea una Iglesia adoradora, orante”, añadió.
Tras afirmar que es el Espíritu Santo quien “empuja a la Iglesia”, el Arzobispo de Buenos Aires precisó que además “la proyecta hacia las periferias, no solo geográficas, ni las del mundo conocido, ni la cultura, sino las existenciales. El Espíritu nos conduce hacia toda periferia humana. ¡Tantas periferias que debemos evangelizar!”
“Este Espíritu es el creador de la diversidad de la Iglesia, de los carismas que se van suscitando. La va haciendo lo más diversa posible y amasa la unidad en la armonía. Esto nos promete Jesús: este Espíritu”, dijo el Cardenal, quien presidió la Eucaristía acompañado por los cardenales Julio Terrazas y Juan Luis Cipriani, de Bolivia y Perú respectivamente,
El Espíritu Santo “nos libra de la suficiencia del propio conocimiento que nos lleva a la gnosis. Espíritu que nos libra de ser una Iglesia autorreferencial”, precisó.
“Todos juntos con María, la Madre del Señor, pedimos ser fortalecidos por el Espíritu. No queremos ser una Iglesia autorreferencial sino misionera, no ser gnóstica sino adoradora. Pueblo y pastores dialogamos según el Espíritu y oramos. Somos instrumento del Espíritu Santo”, dijo el Purpurado.
“Le pido al Señor Jesús que, al vernos aquí reunidos con María la Madre del Señor, nos envíe el Espíritu que nos abra camino hacia el misterio y la dispersión evangelizadora. Que fomente en nosotros ese hermoso diálogo entre pueblo y pastores”, prosiguió.