Miles de jóvenes latinoamericanos se encontraron con el Santo Padre en el estadio de Pacaembu en esta ciudad, y después de tan intensa experiencia, nos cuentan su experiencia de haber escuchado a Benedicto XVI, quien les recordó la necesidad irrenunciable de ser santos, pues “solo los santos cambiarán el mundo”.
Felipe Loayza, un muchacho ecuatoriano de 14 años del Movimiento de Vida Cristiana, explica a ACI Prensa que le “parece muy bueno que el Papa haya venido al Brasil. Estoy muy emocionado de verlo porque no lo he visto nunca en persona. El mensaje que viene a traer me parece muy importante porque hay mucha gente que no cree y creo que es bueno escuchar de él que hay que tener fe y que somos los jóvenes los llamados a evangelizar”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Por su parte, Matías Olcese, un joven argentino de 30 años, nos comenta que “estamos muy contentos de estar en Brasil y esperamos que este encuentro dé grandes frutos para toda la juventud no solo del Brasil sino del mundo entero. De la Argentina hemos venido alrededor de mil personas”.
Andrés Osa es un mexicano que llegó a Sao Paulo con toda su familia. Él señala que “ver tantos jóvenes en este encuentro es muestra de que la fe está viva y que nosotros somos la esperanza del futuro”.
Otra argentina, Paula Sánchez, nos comenta que “es muy importante y significativo este encuentro con los jóvenes”. Además “yo creo que somos la esperanza para un nuevo futuro y para la Iglesia Católica”, añadió.
En el multitudinario encuentro en el estadio Pacaembu, también estuvieron presentes algunos jóvenes de habla inglesa, como Sharon Quenan, una canadiense de 19 años que vino a Brasil para un intercambio estudiantil.
Ella nos dijo que estaba muy emocionada por ver al Papa y que “es muy motivador también ver que tantos jóvenes de distintas nacionalidades puedan estar unidos por un solo hombre y una religión. Es increíble ver a tantos jóvenes juntos, tanta energía y tanta alegría.