El Arzobispo de Antequera-Oaxaca, Mons. José Luis Chávez Botello, afirmó que aunque “votaran todos los habitantes del país”, la Iglesia no aceptaría la despenalización del aborto, porque “no es cuestión de mayoría de votos, sino de principios del derecho a la vida”.
El Prelado dio estas declaraciones al referirse al intento del Partido de la Revolución Democrática (PRD), por despenalizar el aborto en el Distrito Federal. Señaló que quienes quieren la legalización de esta práctica muestran “falta de cimientos sólidos de principios y de imposición de unos sectores que atropellan a otros sus derechos”.
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En conferencia de prensa, Mons. Chávez Botello leyó el comunicado “A propósito del aborto”, el cual emitió ante el pedido de fieles y reporteros de “una palabra de orientación y señalar cuál es la postura de la Iglesia sobre el aborto, a propósito del debate en el Distrito Federal”.
En el texto, el Prelado hizo un recuento de las enseñanzas de la Iglesia sobre este tema a lo largo de los años. “Desde el siglo I la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado: ‘No matarás el embrión mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido’. Esta enseñanza no ha cambiado, permanece invariable”, afirmó.
En ese sentido, recordó que la Congregación para la Doctrina de la Fe señaló en 2002 que “la conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral”.
Finalmente, el texto, también firmado por el Obispo Auxiliar, Mons. Oscar Campos Contreras, pidió la “necesaria y urgente” colaboración de médicos, educadores, psicólogos, juristas y políticos serios “que ayuden a afrontar con responsabilidad este desafío y amenaza”.
“¿Es realmente el aborto la mejor solución a un problema social y de salud? ¿Por qué no encauzar más bien los esfuerzos a mejorar la salud y la educación? ¿El niño en el seno de la madre es realmente un agresor y el enemigo peligroso a eliminar? ¿Qué cimiento y credibilidad se dejaría a los derechos humanos cuando se echa abajo el derecho fundamental a la vida? ¿Quiénes abogan por el aborto lo seguirían haciendo si ellos fueran el niño que se quiere abortar?”, cuestionaron los prelados en el comunicado.
http://www.cem.org.mx/prensa/diocesis/2007/marzo/AO070325.htm