Aunque la Santa Sede ya descartó que el ex Obispo de San Pedro, Fernando Lugo, pueda dejar su condición episcopal, el actual candidato a la presidencia de Paraguay recurrió nuevamente a la Nunciatura Apostólica para repetir su rechazada renuncia.
Según informó el diario La Nación, "ante la confusión creada, Lugo optó por ratificar renuncia como obispo" y en la carta que entregó a la Nunciatura "se denota una cierta preocupación de Lugo por la situación no muy clara en que ha quedado su condición de ciudadano, en el sentido de que por un lado sus asesores creen que con su renuncia eclesial ya es suficiente para quedar habilitado a una postulación presidencial para el 2008, pero por otro la comunicación del Vaticano habla de que persiste su condición de obispo".
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Mons. Lugo ratificó en la misiva su "indeclinable renuncia al oficio sacerdotal y al ministerio episcopal", pero como se recuerda su decisión ya fue rechazada por la Santa Sede en enero pasado y le motivó también una sanción "a divinis".
En esta ocasión, el ex Obispo de San Padre dice abiertamente que la publicación de la carta envida por la Santa Sede ha creado "una confusión en la opinión pública", por lo que se ve "en la necesidad de ratificar mi indeclinable renuncia".
La Nación sostiene que el candidato "no oculta su objetivo político" y señala en la carta "su intención de adecuarse a las reglas constitucionales paraguayas, para superar el impedimento legal que tiene como ministro de la Iglesia Católica para postularse al referido cargo".
Mons. Lugo demanda al final de su carta que su dimisión "quede anotada en los registros, libros y documentos eclesiásticos para lo que fuere pertinente y hubiera lugar en el derecho común", sin embargo no aporta novedad alguna en su pedido.
En Paraguay, la Constitución establece en su artículo 235 que "los ministros de cualquier religión o culto" no pueden ser candidatos a Presidente o Vicepresidente de la República.
Respuesta del Vaticano
Hace unas semanas la Nunciatura Apostólica difundió el decreto firmado por el Prefecto de la Congregación, Cardenal Giovanni Battista Re, según el cual Lugo "permanece en el estado clerical y continúa estando obligado a los deberes a él inherentes, aunque suspendido en el ministerio sagrado".
Asimismo, la misiva recuerda a Lugo que "el episcopado es un servicio aceptado libremente para siempre" y aclara que en su caso no se aplica la excepción prevista en un canon del Código de Derecho Canónico para poder asumir directamente el trabajo político.
"La excepción a la prohibición prevista en ese canon no es aplicable en su caso: Paraguay de hecho es una nación libre y democrática y la Iglesia -cuyos derechos se respetan- está representada por un laicado comprometido", explicó el Cardenal Re.
En este sentido, argumenta que "la candidatura de un obispo sería motivo de confusión y de división entre los fieles, una ofensa al laicado y una 'clericalización' de la misión específica de los laicos y de la misma vida política".
"La Santa Sede por lo tanto no ve la existencia de una justa y razonable causa, exigida en el canon 90 para conceder la dispensa que usted solicita", sostiene.