La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó hoy que el Papa Benedicto XVI ha aceptado esta mañana la dimisión al cargo de Arzobispo de Varsovia (Polonia) y Primado del país presentada por Mons. Stanislaw Wielgus ante la Nunciatura Apostólica de Polonia.
La renuncia fue presentada este domingo, el mismo día que tenía programado ingresar en la Basílica catedral de San Juan Bautista en Varsovia para dar inicio a su ministerio pastoral.
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En su lugar, el Papa ha nombrado provisionalmente como Administrador diocesano al Cardenal Jozef Glemp, Arzobispo saliente.
El día sábado, confirmando el resultado de la investigación de una comisión independiente en Polonia, Mons. Wielgus señaló en declaraciones a la edición polaca de Radio Vaticano que sí había colaborado con el régimen comunista polaco en el pasado.
“No desempeñé ninguna misión de espionaje, nunca he hecho daño a nadie ni a través de mis palabras, ni con mis actos”, dijo Mons. Wielgus al leer una declaración escrita en la que califica como falsas las acusaciones que le atribuyen actitudes dolosas contra la Iglesia.
“No quiero justificarme. Sé que no tenía que mantener ninguna relación con los servicios del régimen comunista de Polonia, siento mucho haber emprendido viajes fuera de Polonia, de ahí el porqué de esos contactos. Pero en ese periodo sentía el deber de continuar con varias investigaciones científicas importantes, para adquirir una formación para el bien de la Iglesia”.
Reacción del Vaticano
Ante las declaraciones de Mons. Wielgus, el Padre Federico Lombardi, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de esta emisora, ha hecho pública una nota en la que afirma que “no obstante su humilde y conmovedora petición de perdón, la renuncia a la sede de Varsovia y la rápida aceptación por parte del Santo Padre, son la solución más adecuada para hacer frente a la situación de desorientación creada en esa nación”.
El P. Lombardi señaló a Radio Vaticano que se trata de un momento de gran sufrimiento para una Iglesia, la polaca, “que todos amamos y que ha dado grandes pastores de la talla del Cardenal Wyszynski y sobre todo, de Juan Pablo II”.
El P. Lombardi finalmente solicitó a la Iglesia universal, “solidaridad espiritual para con la Iglesia que está en Polonia y que se le acompañe, con la oración y el ánimo, para que pueda encontrar lo más pronto posible serenidad”.
Injusticia de algunos ataques
El P. Lombardi recordó sin embargo que “no hay que olvidar que los documentos que se usan hoy para atacar a muchos miembros de la Iglesia (en Polonia) han sido escritos por los funcionarios de un régimen opresor y chantajista”.
“A tantos años de distancia desde la caída del régimen comunista y tras la muerte del grande e inatacable Juan Pablo II la actual avalancha de ataques a la Iglesia Católica en Polonia, más que tratarse de una sincera búsqueda transparente de la verdad, parece, por muchos aspectos, una extraña alianza entre perseguidores de un tiempo y sus adversarios, y una venganza por parte de quien, en el pasado, les habían perseguido y fueron derrotados por la fe y por las ganas de libertad del pueblo polaco”.
El P. Lombardi concluyó su comunicado diciendo: “La verdad os hará libres”. “La Iglesia no teme la verdad y para ser fieles a su Señor, sus miembros tienen que saber reconocer las propias culpas”.
“Esperamos que la Iglesia en Polonia sepa vivir y superar con valentía y lucidez este difícil periodo, para que pueda continuar a dar su preciosa y extraordinaria contribución de fe e impulso evangélico a la Iglesia europea y universal”, dijo finalmente.