Hacia el final de esta mañana, el Papa Benedicto XVI se reunió con los Obispos participantes en el curso de actualización promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y los exhortó a custodiar y transmitir la fe en Cristo con el testimonio de la propia vida.
Tras saludar al Prefecto del dicasterio misionero, el Cardenal Ivan Dias, el Pontífice hizo notar a los presentes que “estáis llamados a ser Pastores entre poblaciones que en buena parte no conocen aún a Jesucristo” y los invitó a esforzarse para que “a todos sea dada la posibilidad de acogerlo”.
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“Vosotros –prosiguió– advertid cada vez más la exigencia de inculturar el Evangelio, de evangelizar las culturas y alimentar un diálogo sincero y abierto con todos, para que juntos se construya una humanidad más fraterna y solidaria”.
Para tal labor el Papa destacó que “solo impulsados por el amor de Cristo es posible llevar a término esta fatiga apostólica, que exige ardor intrépido de quien por el Señor no teme ni siquiera la persecución y la muerte”.
En este contexto recordó el “sacrificio de sor Leonella Sgorbati” quien como muchos otros mártires habría “sellado con sangre su fidelidad a Cristo y a la Iglesia”.
Asimismo el Pontífice exhortó a los prelados a “custodiar y transmitir la fe en Cristo”, alentándolos a ser “ejemplo de buena conducta, con pureza de doctrina, dignidad, lenguaje sano e irreprensible” pues “el hombre contemporáneo escucha más gustosamente a los testimonios en vez que a los maestros, o si escucha a los maestros lo hace porque son testimonios”.
“Es por esto que es debido dar primaria importancia en vuestro ministerio episcopal a la oración y a la incesante tensión hacia la santidad. Es importante que os preocupéis de una seria formación de seminaristas y de una permanente actualización de los sacerdotes y los catequistas”, continuó Su Santidad.
Más adelante resaltó que “mantener la unidad de la fe en la diversidad de sus expresiones culturales es otro precioso servicio les es pedido” invitándolos a “evitar con firmeza y valor las divisiones, especialmente cuando se deben a motivos étnico y socio-culturales”.
Finalmente, el Papa hizo referencia al florecimiento de “vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa” y pidió que “sea vuestra preocupación dar a los seminaristas un número suficiente de formadores, escogidos y preparados con cuidado, los cuales sean sobre todo ejemplos y modelos para los seminaristas”.