En su discurso de despedida, el Papa Benedicto XVI exhortó a los polacos a “dejarse guiar siempre por los sentimientos de la misericordia, solidaridad fraterna y dedicación al bien común”, luego del saludo del Presidente de Polonia, Lech Kaczyński.
Aproximadamente a las 19:30, el Santo Padre inició su discurso. “Quisiera terminar mi visita con las palabras del apóstol San Pablo que han acompañado mi peregrinar por territorio polaco: ‘Velad, manteneos firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes. Haced todo con amor’. (1 Cor 16:13-14). ¡Mi bendición para todos ustedes!”, expresó.
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“Ha llegado el momento de despedirme de Polonia. Por cuatro días he estado en su país como peregrino, visitando lugares de particular importancia para su identidad histórica y espiritual: Varsovia, Jasna Góra, Cracovia, Wadowice, Kalwaria Zebrzydowska, Łagiewniki, Oświęcim. ¡Cuántas cosas evocan estos nombres! ¡Qué gran significado tienen para los polacos!”, prosiguió Benedicto XVI
“Cuando tuvo que dejar su tierra natal por última vez hace cuatro años –prosiguió el Pontífice– mi amado predecesor, el Papa Juan Pablo II, exhortó a la nación polaca a dejarse guiar siempre por los sentimientos de la misericordia, solidaridad fraterna y dedicación al bien común”.
“También expresó la firme convicción que así esta nación no sólo encontraría su lugar adecuado en medio de Europa unida sino que enriquecería este continente y el mundo entero con su tradición. Hoy, mientras se consolida su presencia en la familia de los estados europeos, deseo con todo mi corazón repetir esas palabras de esperanza. Les pido que sean fieles guardianes del depósito cristiano y que lo transmitan a las futuras generaciones”, agregó.
Luego de manifestar que este viaje lo ha acercado al pueblo polaco, el Santo Padre agradeció las “oraciones con las que me han rodeado al momento de mi elección. Les pido que sigan rezando por mí para que Dios me dé fuerzas para seguir al servicio de la Iglesia universal”.