El Papa Benedicto XVI visitó el Santuario de la Divina Misericordia en Lagiewniki donde tras un momento de oración recordó que el sufrimiento de algunos los constituye testimonios más elocuente de la misericordia de Dios.
Tras haber visitado el Santuario de la Divina Virgen de Kalwaria, el Pontífice, se detuvo para orar en el Santuario de la Divina Misericordia donde afirmó “estar delante de dos misterios: el misterio del sufrimiento humano y el misterio de la Divina Misericordia”.
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Haciendo notar que “a primera vista parecería que ambos misterios se contraponen” el Santo Padre “profundizando a la luz de la fe” agregó que “estos se ponen en recíproca armonía”.
“Esto –prosiguió– es gracias al misterio de la cruz de Cristo” y citando a Juan Pablo II dijo: “la cruz es el más profundo inclinarse de la Divinidad hacia el hombre… la Cruz es como un toque del eterno amor sobre las heridas más dolorosas de la existencia terrena del hombre”.
Dirigiéndose a los enfermos presentes señaló que: “marcados por el sufrimiento del cuerpo y del alma, estáis más unidos a la cruz de Cristo, pero al mismo tiempo sois los más elocuentes testimonios de la misericordia de Dios”.
“Por vosotros y mediante vuestro sufrimiento Él se inclina sobre la humanidad con amor. Sois vosotros que, diciendo en el silencio del corazón: ‘Jesús, en ti confío’, non enseñáis que no hay una fe más profunda, una esperanza más viva y un amor más ardiente que la fe, que la esperanza y que el amor de quien en el dolor se pone en las manos seguras de Dios”.
Finalmente impartió la Bendición a todos los ahí reunidos.