La arquidiócesis de Guayaquil recibió con gran alegría el reconocimiento que la Santa Sede hizo del milagro presentado a la Congregación para la Causa de los Santos, para la canonización de la Beata Narcisa de Jesús Martillo Morán.
La arquidiócesis guayaquileña informó que los médicos de la Congregación para la Causa de los Santos votaron a favor del reconocimiento del hecho milagroso presentado a la Santa Sede en 2001.
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Edelmira Arellano era una niña que había nacido sin órgano genital. En 1992 y a la edad de siete años se curó luego de que su madre acudiera al santuario de Narcisa de Jesús y pidiera por la salud de su hija. Ese mismo día la niña acudió al consultorio del médico que la trataba y constató que su condición física era normal.
Mons. Juan Larrea, Arzobispo de Guayaquil en ese entonces, ordenó la investigación del caso, en el que se estipuló la consulta a testigos y médicos. La documentación recopilada fue enviada a la Santa Sede. Los cinco médicos que estudiaron el caso concluyeron que Edelmina Arellano recibió en 1992 la "restitución completa del defecto anatómico, congénito, de manera imprevista, completa y duradera, científicamente inexplicable".
El Vicario General de la arquidiócesis de Guayaquil, P. Roberto Pazmiño, explicó que la ceremonia de canonización de Narcisa de Jesús se efectuaría luego que un grupo de teólogos y cardenales certifique e informe al Papa Benedicto XVI al respecto, quien definirá el proceso iniciado en 1962.
Narcisa de Jesús
Narcisa de Jesús nació en Nobol, Ecuador, a fines de 1832. Sus padres fueron don Pedro Martillo Mosquera y doña Josefina Morán. Se desempeñaban como campesinos y murieron cuando Narcisa era muy joven. La beata ecuatoriana se trasladó a Guayaquil donde vivió por más de 15 años dedicada a la oración, al trabajo manual y a la caridad apostólica. A principios de 1868 viajó a Lima y allí continuó su vida virtuosa como seglar, alojada en la Casa de las Hermanas de la Orden Laical de Santo Domingo, hasta su muerte el 8 de diciembre de 1869. Su cuerpo fue trasladado a Guayaquil en 1955 y ahora permanece en Nobol, su pueblo natal.
En 1992 el Papa Juan Pablo II la beatificó. En aquella ocasión el Santo Padre señaló que “Narcisa de Jesús Martillo Morán, joven laica nacida el siglo pasado en Nobol, es presentada hoy por la Iglesia como un modelo de virtud, especialmente para tantas mujeres de América Latina que, como ella, tienen que emigrar del campo a la ciudad en busca de trabajo y sustento. La espiritualidad de Narcisa de Jesús está basada en el escondimiento a los ojos del mundo, viviendo en la más profunda humildad y pobreza, ofreciendo al Señor sus penitencias como holocausto para la salvación de los hombres”.