Aquí presentamos algunos textos que Juan Pablo II ha inspirado en los fieles:
JUAN
PABLO II
KAROL JOSEF WOJTYLA
18 de Mayo de 1920
2 de Abril de 2005
JUAN PABLO MAGNO
Nunca te olvidare mi buen amigo, no estas físicamente
con nosotros, pero tu espíritu nos guiara, y tus enseñanzas
estarán siempre. Gracias JUAN PABLO II por estos 27
años de Luz. Gracias peregrino de la Paz, de la Solidaridad,
del Dialogo, verdadero LIDER de la Dignidad Humana. Como CRISTO,
sos la única esperanza de donde brota AMOR y ESPERANZA.
Tu entrega y tu amor convirtieron los corazones y dio PAZ
a la humanidad. Estarás siempre con nosotros, como
JESUCRISTO, “AYER, HOY y SIEMPRE”, porque sos
el Papa de la alegría y sacabas tus fuerzas de la Oración
y del AMOR filial de nuestra Madre, la Virgen María,
“TOTUS TUUS”: Todo Tuyo. Agradecemos tus mensajes,
especialmente, los que nos dejaste en tus dos visitas a nuestra
Nación Argentina en 1982 y 1987. Alguna vez dijiste
“No hay esperanza sin cruz”, por eso, no renunciaste
a tu papado, por que nuestro Señor no se bajo de la
Cruz. Nos dijiste el 22 de Octubre de 1978 “ABRID de
Par en Par las Puertas a CRISTO” y Nuestro Señor
Jesucristo te abrió las puertas del Cielo a las 21.37
horas, siendo tu ultima palabra “AMEN”, que así sea. ADIOS
Hasta pronto. SANTO SUBITO. GRACIAS JUAN PABLO MAGNO.
ADRIAN
DE ANGELIS
www.juanpablosegundo.com.ar
Carta
de Alejandra Molina
Niña de 12 años
2 de abril
de 2005
9:55 p.m.
Hoy en este mismo instante el Papa JUAN PABLO II ha muerto. Para mí, una niña de 12 años, me ha dolido muchísimo y lo único que puedo hacer es pensar en que va a seguir viviendo, pero con Dios.
A mí nadie me pide opinión, por eso lo escribo en esta carta. Mi opinión es que este hombre va a ser un santo, un modelo ejemplar. Con su vida ha conseguido cambiar el mundo, y con su muerte ha conseguido mejorar nuestro corazón.
Son 26 años de pontificado, uno de los más largos, pero aún así no desistió. Él siguió y con su muerte nos cambió.
Un hombre que a mí personalmente como cristiana me parece que con su vida tan ejemplar mucho ha conseguido cambiar.
En el día 3 de mayo de 2003, mis padres me hicieron el regalo más grande de mi vida: ir a ver al Papa a Madrid. Se veía un hombre cansado pero con ganas de vivir y transmitir alegría y paz por todo el mundo. Esto fue una experiencia única que aunque no se vuelva a repetir, todos la tendremos presente.
Yo estoy en el colegio de los legionarios de Cristo y hace pocos días el Santo Padre nos dio las gracias. Por este hecho nosotros los legionarios no nos sentimos orgullos (en el sentido egoísta) porque el Santo Padre nos nombre, sino que nos hace pensar que verdaderamente tenemos una misión importante en la vida: la misión de cambiar el mundo con nuestro ejemplo y testimonio. Si el Santo Padre nos dijo esto para que nos diéramos cuenta, lo ha conseguido.
Yo, que soy muy sensible, no he llorado tanto como esperaba, porque hay que pensar que el Papa ya estaba mayor y ahora estará a gusto con Dios en el Reino de los cielos. Además, si Dios ha querido llevarse al Santo Padre, es porque ya ha cumplido su misión en la tierra.
El Papa Juan Pablo II siempre estará presente en nuestras vidas. “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo”.
Alejandra Molina
Llegar a Roma este 8 de abril
(al poeta pontífice desde el avión)
Tres
ataúdes para su cuerpo de viento.
Tres cajas para la siembra
Estuario del Tíber en Roma.
Cuatro millones de pies polacos.
Ciprés, cinc, nogal: tres ataúdes.
Y cuatro millones de otro pies,
de otros huérfanos viajeros.
Ciprés tras el invierno.
Cinc mudo (sólo hablan los orantes).
Nogal crecido en Wadowice,
a treinta y tres kilómetros de Auschwitz.
Karol vuela. Karol canta.
Karol besa los aeropuertos
como altares.
Consagra ojos y lenguas.
Karol reina. Karol rema.
Karol cae como pelícano
atravesado por la lanza en altamar.
Llama Karol: “Conducid mar adentro.
No temaís, remeros libres,
abrid la barca al Dios Resucitado,
abridla como los huérfanos
desvelan rendijas
entre sus lágrimas y sus águilas,
abrid vuestros portones
como dos labios de María.
Sed bienaventurados. Yo lo soy.
Magnifica mi alma al Señor. Amén”.
P. Joaquín Alliende Luco,
de la Academia Chilena de la Lengua.