Meditación mariana del Papa
al final de la misa de canonización
de sor Faustina Kowalska, 30 de abril
El mensaje de la Misericordia Divina es expresión viva del espíritu del gran jubileo.
El día 30 de abril, II domingo de Pascua, el Papa Juan Pablo II canonizó, en la plaza de San Pedro, a la religiosa polaca beata Faustina Kowalska, apóstol de la Misericordia divina.. Ofrecemos a continuación las palabras de Su Santidad a la hora del "Regina caeli".
1. Al término de esta celebración, en la que a la alegría pascual se ha unido la de la canonización de sor Faustina Kowalska, os saludo con afecto y os doy las gracias a todos vosotros, que habéis venido de las diversas partes del mundo. A cada uno deseo de corazón que experimente cuanto la Virgen aseguró un día a santa Faustina: "Yo no sólo soy la Reina del cielo, sino también la Madre de la Misericordia y tu madre" (Diario, p. 141).
2. El mensaje de la Misericordia
divina y la imagen de Cristo misericordioso, de las que sor Faustina
Kowalska nos habla hoy, son expresión viva del espíritu
del gran jubileo que la Iglesia entera está celebrando
con alegría y provecho. Muchos de vosotros habéis
venido para honrar a la nueva santa. Quiera Dios que su intercesión
produzca abundantes frutos de arrepentimiento, perdón y
renovada vitalidad espiritual para la Iglesia en vuestros países.
Que el pensamiento de la misericordia amorosa de Dios suscite
nuevas energías en vuestro corazón para realizar
obras de fe y de solidaridad cristiana.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, especialmente
a los que han
participado en la canonización de sor Faustina. A ejemplo
de la nueva santa, confiad totalmente en el Señor y alabadlo
en el poder de su misericordia. Que la fuerza renovadora de Cristo
resucitado colme vuestro corazón.
Al mismo tiempo, abrazo espiritualmente a todos mis compatriotas
y los encomiendo a la intercesión de santa Faustina. Ojalá
que, en el nuevo milenio, el mensaje de amor
misericordioso de Dios, que se inclina ante toda miseria humana,
sea para cada uno fuente inagotable de esperanza y llamada a demostrar
activamente el amor a los hermanos.
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia" (Mt 5, 7). Os bendigo a todos de corazón.
En este día nos unimos también al Primado, el arzobispo
de Gniezno, y a todos nuestros
compatriotas reunidos en Gniezno para la solemnidad de san Adalberto.
"Gaude, Mater Poloniae...". Alégrate, Madre de
Polonia; alegraos religiosas de la
Bienaventurada Virgen María de la Misericordia, porque
ha sido elevada a la gloria de los santos nuestra sor Faustina.
Saludo cordialmente a los peregrinos que han venido de Polonia
y a todos los devotos de la Misericordia divina reunidos en el
santuario de Lagiewniki, en Cracovia. Me alegra que en este día,
tan especial para nuestro país, estén aquí
presentes representantes del Gobierno de la República de
Polonia, encabezados por el señor primer ministro, y representantes
de "Solidaridad".
La Providencia divina ha unido la vida de santa Faustina con las
ciudades de Varsovia, Plock, Vilna y Cracovia. Hoy menciono estas
ciudades, de las que la nueva santa es patrona, invitando a sus
habitantes a una solicitud particular por el apostolado de la
Misericordia divina.
3. Y ahora, dirijamos nuestra oración a la misericordiosa Reina del cielo.