Después del bebé, la mujer es la principal víctima del aborto: desde la depresión al rechazo de su propia sexualidad, son secuelas que sufren en elevadísmos porcentajes.
Todo planteamiento necesariamente tiene que partir del reconocimiento del hecho en que desde el momento de la concepción comienza la vida de la persona humana, y por tanto, el producto de la fecundación -también desde el punto de vista psicológico es genéticamente único e irrepetible, tiene una propia dignidad humana.
Uno de los problemas de mayor actualidad es, hoy, lo relativo al aborto, lo que suele llamarse aborto provocado o también aborto intencionado y voluntario. Complejísimo tema, que añade a su vertiente estrictamente médica, otros de carácter jurídico, moral, sociológico, religioso, demográfico, etc.
Son innumerables las dificultades que se tienen para valorar adecuadamente los efectos psicopatológicos del aborto; puede ser debido 1) a que no es fácil la elaboración estadística de los resultados y a 2) que tampoco existen valoraciones médicas sistemáticas de estas pacientes después del aborto, y 3) también a que las mujeres que han abortado no suelen estar propicias a seguir relacionándose con el médico que la ha inducido a él.
Aunque la literatura sobre el aborto es abundante, cuando se trata de exponer las consecuencias psicopatológicas del aborto, faltan todavía estudios científicos serios, y los pocos que se han hecho, rara vez no están marcados por un cierto carácter tendencioso.
Por tanto he de apoyarme, más bien en los datos obtenidos a través de mi propia experiencia psiquiátrica que, por otra parte, son los que tienen más fuerza y te dan mayor seguridad al intentar hablar de este tema o de otros muchos temas en relación con la medicina.
Es un ser plenamente individualizado. Es decir, posee todas las capacidades para convertirse en persona, con una dignidad propia e irrepetible, y los cambios que van a ocurrir son simplemente etapas del crecimiento y maduración. Puede decirse que es una "Persona en camino" con pleno derecho de alcanzar la madurez. O sea, posee ya toda una serie de potencialidades que le permitirá alcanzar su plenitud personal.
No tiene por tanto ningún sentido considerarlo como un apéndice de su madre. Es un nuevo ser, que puede, incluso, sobrevivir 5 ó 6 días después de fecundado sin necesidad de la madre.
Por eso ha dicho el Prof. Orts Llorca, Maestro de numerosas generaciones y Catedrático de la Facultad de Medicina de Madrid: "No tenemos los años que indica nuestro carnet de identidad, sino nueve más, que han sido los más significativos en nuestro devenir biológico e incluso psicológico".
El nuevo ser tiene en potencia todas las posibilidades del ser humano: comienza a tener sensaciones, percepciones (es sensible al dolor, al tacto, al frío, al sonido y a la luz), tiene sentimientos, ideas.... Por ejemplo, se sabe, que a partir de los 43 días se puede recoger ya impulsos eléctricos en el EEG lo que indica, que el cerebro ha comenzado a funcionar.
Una vez hecho este preámbulo, vamos a tratar de centrarnos más en el tema y enumerar algunas consecuencias psicopatológicas más frecuentes que acontecen en la mujer tras un aborto provocado.
En primer lugar, los más frecuentes son cuadros depresivos que se acompañan de un sentimiento grande de culpabilidad y en lo que todos los autores están de acuerdo.
En este probablemente el síntoma sobre el que existe mayor experiencia y mayor acuerdo entre los científicos. Se despierta en ellas un sentimiento grande de culpabilidad. Lo que los psiquiatras llamamos "culpabilidad psicológica". Culpa esta, distinta de esa otra culpa moral -aunque en este caso la incluya-.
He podido constatar que este sentimiento de culpa en muchos casos es irreversible y permanece durante toda la vida de la mujer.
Son pues continuos en las abortistas los autorreproches y la idea de reparación.
Esto no es nada nuevo lo describen varios autores. La Dra. Standford psiquiatra canadiense, nos cuenta su propia experiencia.
Habla del síndrome post aborto, y señala como la mujer recorre tres estadios:
1) Desasosiego y tristeza ("No tiene el alma en paz, ni el espíritu en paz").
2) Revive continuamente el momento traumatizante del aborto de un modo muy profundo, aunque pasen 5, 10, 15 años recuerda la vestimenta de la enfermera, las paredes de la habitación donde el aborto sucedió... y se pregunta a menudo ¿cómo sería mi niño ahora?, "suelen justificarlo diciendo que no tenían otra opción, que no podía hacer otra cosa... pero ese pensamiento vuelve".
3) El estadio siguiente, es una gran depresión: Depresión profunda con un gran sentimiento de culpabilidad, perdiendo interés por las cosas que antes eran interesantes en su vida, y a veces no ve otras salidas que el suicidio. "No como elección por la muerte en sí, sino como una elección para salir de la situación de dolor, de pena, como un modo de salir de allí"....
Describe también la Dra. Standford lo que ella llama la depresión de aniversario.... aniversario que se situa alrededor de la fecha del posible nacimiento o alrededor de la fecha del aborto.
Quizás sea este uno de los argumentos de más peso que se puede esgrimir tras el aborto provocado: las consecuencias psicopatológicas que se derivan. Por eso ha dicho el Prof. Willke "es más fácil sacar al niño del útero de su madre que sacarlo de su pensamiento".
Quién ha hecho o ha presenciado un aborto se queda para siempre con la impresión imborrable de que ha eliminado una vida humana. Es más, aquellas personas que tienen una cierta predisposición personal o familiar a la enfermedad mental, corren un riesgo mayor, y es raro que no queden con un desequilibrio psíquico tras el aborto, entre otras cosas, por la tensión emocional que siempre produce. Quizás es por esto por lo que en Holanda, donde se permite el aborto, uno de los criterios de selección de las enfermeras en las clínicas, es el que nunca hayan intervenido o se hayan provocado un aborto, porque se considera que las daña emocionalmente.
De hecho la OMS en celebración oficial en 1970 dijo:"Las mujeres con alguna señal indicativa de trastorno emocional corren mayor riesgo de graves desajustes mentales tras el aborto, y más si tenía alguna enfermedad psiquiátrica previa". Y sigue diciendo "cuanto más serio sea el diagnóstico psiquiátrico, más perjudicial es para ella el aborto".
Y ésto incluso, entre no cristianos. Hay abundantes testimonios que demuestran estos hechos. Porque aunque el aborto no suponga una transgresión de la ley civil, siempre contraría la ley natural, y es muy frecuente encontrarse después en tales mujeres con problemas emocionales, y trastornos psiquiátricos persistentes.
Pienso que es bueno que aparezca este sentimiento de culpabilidad, si no existiera, sería que se había borrado en su conciencia, hasta la noción del mal, reflejaría un deterioro psicológico grave, una falta de respuesta emocional con todas las características que ello tiene. Supondría una frialdad afectiva y una insensibilidad grave en cuestiones tan importantes y en sentimientos tan esenciales, como es para la mujer, su sentimiento de maternidad, lo que los psiquiatras llamamos, Psicopatía o Personalidad Anormal.
Si se analiza con objetividad el problema, se observa que nunca el aborto es un hecho aislado, sino que casi siempre irá acompañado de otra serie de trastornos conductuales importantes, muchas veces patológicos, tal como pueden ser las toxicomanías, alcoholismo, perversiones sexuales, intentos de suicidio, etc. Trastornos de conductas importantes que suponen un deterioro grande en la vida personal, familiar, y social: suelen ser consecuencia de una gran relajación o infravaloración de los principios más elementales éticos y morales.
- Otra de las consecuencias del aborto, suele ser el rechazo de su propia sexualidad. Presentan sentimientos de animadversión y rechazo a su propia pareja, que pueden interrelacionarse con sentimientos de frigidez sexual, esterilidad futura y distintas dificultades específicas en la adaptación sexual. En general suelen ser mujeres con poca identidad femenina y con rechazo de su papel maternal, que puede llevar en algunos casos a la destrucción de su matrimonio.
- No es raro tampoco encontrarse con que son mujeres muy inmaduras. A la vez que buscan la protección de algún hombre, rechazan todo lo que pueda suponer compromiso, porque de alguna forma lo consideran como debilidad y sumisión.
Ford hace un estudio entre 40 mujeres que solicitan el aborto para ver cual es su actitud hacia la maternidad y dice que sólo 8 de 40 ó sea el 20% de las mujeres, expresan comentarios positivos respecto a la propia imagen.
También el mismo autor relata la proporción de síntomas psíquicos que aparecen en estas mujeres en relación al grupo control y encuentra: depresión (97,5%), ansiedad (82,5%), insomnio (77,5%), perdida de la líbido (72,5%), ideas de suicidio (55%), anorexia (45%).
Son mujeres que a la vez que tienen una gran necesidad de afecto, apoyo y atención, que buscan frecuentemente por estratagemas inconscientes, aunque evitan involucrarse afectivamente en sus relaciones y tienden a aislarse.
En este sentido, no es infrecuente encontrarse con lo que pudiéramos llamar un síndrome independentista. Hay en estas mujeres como una incapacidad para contraer vínculos duraderos, y poder establecer una buena relación interpersonal.
En general, puede decirse que todos los abortos, también desde este punto de vista psicológico, tienen consecuencias negativas no solo para la propia mujer sino también para su familia y para la sociedad en general.
Se podría seguir enumerando distintos síntomas psicopatológicos que siempre se encuentran en mujeres abortistas, pero no voy a alargarme, solo pretendía que se viera a través de mi propia casuística, avalada por 25 años de dedicación a la clínica, y atención ambulatoria de enfermos, la problemática con la que generalmente me encuentro.
Por eso pienso, que quizá uno de los argumentos más poderosos que puede haber en contra del aborto, es precisamente las consecuencias psicopatológicas, porque como decimos al principio con frase del propio Profesor Willke: "es más fácil sacar al niño del útero de su madre que sacárselo de su pensamiento".
Dra. Gómez Lavín (Asociación Vivir en Familia y www.vidahumana.org)
Fuente: http://www.arbil.org/