Por Carmen Gómez, Psicología evolutiva
Actualmente la juventud ha pasado a un primer plano. Su poder e influencia es mucho mayor hoy que hace unos años. Los jóvenes constituyen sin duda un sector sobresaliente dentro de la comunidad.
Asistimos a una "juvenilización" de la sociedad. Los jóvenes imponen sus formas de hablar, modas, gustos, aficiones... en la sociedad.
Factores que explican la actualidad de los jóvenes
- Uno de ellos, es el poder económico de los jóvenes. Son los principales consumidores de ciertos productos. Su poder económico se ha hecho más manifiesto porque gastan el dinero en artículos muy llamativos, y su consumo tiende a concentrarse en determinados sectores del mercado.
- Las demandas de los jóvenes se han hecho importantes dentro de la sociedad y sus actividades son difundidas por los medios de comunicación de masas: la prensa, la radio y la T.V. tienden a crear mitologías de la juventud. Divulgan la imagen del "joven típico" y los que no se ajustan a ella empiezan a notar que es como si les faltase algo.
Los adultos pueden reaccionar ante esto con una mezcla de aturdimiento, desdén o envidia.
- Otro de los motivos de este auge se debe a la aceleración del desarrollo psicofísico. Las niñas se hacen mujeres antes, los chicos alcanzan la madurez física antes. Los problemas sexuales, religiosos, políticos, sociales, familiares..., etc., aparecen también antes que en eras históricas anteriores.
- Los jóvenes se encuentran cada vez más capacitados para adaptarse al mundo en que viven, hoy se lee más, se estudia más que en los tiempos de nuestros padres. Resulta evidente el número de jóvenes que frecuenta las escuelas, colegios, institutos, escuelas técnicas, centros de artes y oficios, universidades... etc. Se crea un gran sentido comunitario y una sensibilidad nueva para sentir la injusticia social.
- Los jóvenes se hallan en condiciones más ventajosas que el hombre maduro o anciano que tienen ya hechas sus vidas. El cambio rápido, el progreso y las novedades son asimiladas más pronto por los jóvenes.
- El mismo incremento de la población juvenil -en nuestro país existen 13 millones de personas menores de 25 años, o sea casi el 45% de la población total- acarrea problemas de falta de puestos de trabajo, falta de espacio en escuelas y universidades y ello crea a veces problemas y actitudes agresivas.
- Junto a ello, hay que destacar el importante papel que va teniendo la mujer en la vida social y cultural. De ser solamente novia, esposa, ha pasado a ser compañera, amiga y miembro del mismo equipo de trabajo o estudio. En las escuelas, fábricas, oficinas, comercios, universidades... la mujer está muchas veces luchando por equipararse al hombre, teniendo el mismo papel, similares necesidades y las mismas metas que el hombre.
Hay una mayor relación entre chicos y chicas, y esto hace que esas relaciones se produzcan en un clima de mayor naturalidad y exento de los prejuicios y tabúes de otras épocas.
Todos estos factores y muchos otros han de tenerse en cuenta para conocer y comprender a los jóvenes. De ahí que solamente un enfoque pluridimensional sea válido para un conocimiento más exacto de cómo son los jóvenes actuales.
La rebeldía juvenil
Los jóvenes con toda su viva imaginación, su capacidad creadora, su rapidez de reflejos, fácil memoria y su propensión al entusiasmo viven en un mundo rígido, llevado por los mayores, a los cuales se enfrentan.
Los jóvenes acusan a los mayores de un excesivo amor por el dinero y el bienestar, de una explotación de la gente, de deshonestidad en los negocios, corrupción en la política y un acusado conservadurismo e hipocresía. Atacan el "buen aparentar" ante la sociedad.
Rechazan la sociedad establecida y dentro de ella, sus lacras y, en muchas ocasiones, también sus logros. Por eso se marginan a veces, entendiendo de modo diametralmente opuesto a los adultos las grandes cuestiones de la vida: amor, trabajo, religión. En esta oposición son tan dogmáticos como los adultos en su seguridad instalada.
Los adultos, por su parte, acusan a los jóvenes de irresponsabilidad e incongruencia, de su afán destructor sin ofrecer un programa constructivo a cambio, de una visión del presente que ignora el pasado y de un idealismo utópico que no conduce a nada práctico.
Los jóvenes, dicen los adultos, desafían las normas y la autoridad que las mantiene, adoptan modos y atuendos excéntricos, no se ajustan a los patrones convencionales de la convivencia entre los sexos, protestan demasiado en sus canciones, violencias, manifestaciones... "En mis tiempos..." es su frase favorita.
En síntesis, los jóvenes se quejan de falta de libertad -la opresión de la sociedad de consumo- y los adultos les acusan de falta de responsabilidad.
¿Qué subyace bajo este conflicto?
Se trata, sin duda, de un conflicto de valores muy complejo, inherente a la sociedad industrial contemporánea. Muchos de los principios básicos del comportamiento humano, indiscutidos durante siglos, han sido sustituidos por valores cambiantes que se apoyan en argumentos de modernidad, ligados al desarrollo científico y técnico y a los cambios sociales. De ellos se deriva un enfrentamiento entre estos modos de actuar más propicios de los jóvenes y lo que ellos mismos peyorativamente consideran tradiciones superadas.
Estas conductas no pueden entenderse como problemas meramente individuales sino que tienen su origen en los conflictos de nuestra sociedad.
Muchas conductas "marginales" deben entenderse como una respuesta peculiar del individuo a la estructura social. Y así determinadas personas, como pueden ser los jóvenes, son más vulnerables y pueden ser afectados por estos conflictos sociales.